* Un político realista y audaz
* Intervención del Estado y un New Deal
La facilidad de palabra del presidente Barack Obama es proverbial y ha sido esencial para su vertiginoso ascenso al poder, como para conseguir la reelección. Cuando en los Estados Unidos se creía que un hombre de su condición no llegaría al poder en muchos años, hasta cuando la población de origen africano fuese mas numerosa -hasta no hace mucho estuvo segregada y excluida de los centros de poder- él rompió todos los esquemas y demostró que para un hombre de su condición, fino talento, carácter y firme voluntad, no existen los imposibles. Se decía que la sociedad no estaba aún madura para un Presidente descendiente de una madre blanca y un padre africano negro, así se hubiese formado como abogado en Harvard, lo mismo que su padre que lo hizo con gran sacrificio y esfuerzo de su parte. Él se lanzó a competir por la Presidencia en un momento de crisis y desconcierto de la dirigencia de esa potencia, como de malestar y pesimismo sobre el futuro económico de la mayoría de la población. Se cuestionaba, incluso, si el país seguiría manteniéndose como potencia, con los desafíos de China, la Unión Europea y la quiebra de las viejas alianzas que por décadas mantuvo Washington con gobiernos autoritarios en varios países del globo. Su poder de comunicación como candidato novato se manifestó en las primeras disertaciones, como por la fe que logró transmitir en cuanto a sus fórmulas para salir de la crisis, pese a que carecía de antecedentes burocráticos. Y, quizá, precisamente, por esa misma condición, entró en comunicación con la población. Las gentes se aferraron a un candidato de color, antes desconocido por las masas, que afirmaba que los sacaría de la crisis y que tenía un mínimo de sensibilidad social. Por esa audacia y talento político, con un programa moderado y la afirmación de los valores del país, con énfasis en la igualdad democrática y la convicción de que sería capaz de sortear con éxito la crisis económica, ganó las elecciones con una contundente mayoría de votos y partió en dos la historia del país.
Las noticias sobre su primera gestión nos llegan a diario, la opinión pública internacional quiere saber lo que pasa en los Estados Unidos, en particular en Colombia donde un estornudo en ese país puede afectarnos positiva o negativamente. Con el mayor interés reseñamos su segunda campaña a la Presidencia y seguimos los interesantes debates, las noticias, la agresividad de la campaña publicitaria y la utilización de las redes sociales. Estuvimos en suspenso cuando su contendor, el republicano Mitt Romney, consiguió superarlo en el primer debate televisivo. Y luego, en los otros debates, observamos la firmeza y vigor de su reacción que terminó por acorralar a su adversario. En ambos mandatos, las posturas en apariencia irreconciliables de demócratas y republicanos, han mostrado un país dividido en cuanto a la política a seguir en materia económica. Lo que se manifiesta en el primer informe del gobernante sobre el estado de la Unión. En el cual introdujo una cita del presidente Kennedy, que declaró en esa misma Cámara que: “la Constitución no nos convierte en rivales por el poder sino en compañeros hacia el progreso”. Con la idea de tender la mano a los sectores republicanos más flexibles. Los recelos y antagonismos entre demócratas y republicanos son mutuos, pero ambos tienen la inmensa responsabilidad de salvaguardar los intereses de los Estado Unidos. Y, también, pareció recoger las antiguas admoniciones de Lincoln sobre el gobierno del pueblo y para el pueblo, en atención a que se deben poner los intereses del país por encima de nuestros intereses políticos. Por el pragmatismo de Obama, en cuanto a su política petrolera se han visto varias posturas. En el 2005 dijo que no vendería un barril de petróleo de las reservas del país. En el 2008 cambió y afirmó que apoyaría la venta de setenta millones de barriles de petróleo de la reserva, para estimular la baja en los precios y favorecer la competitividad de la industria. En la actualidad ha recogido la tesis de campaña de su contrincante Mitt Romney, con la idea de devolver la autosuficiencia energética a su país. Lo que indica que se va adaptando a las circunstancias cambiantes de la economía local y el escenario internacional. A juicio de los expertos lo más trascendente de la alocución de Obama es la decisión de fomentar la esperanza realista mediante un esfuerzo gigantesco que implica la intervención del Estado en favor del crecimiento, en clara invocación a lo que la historia conoce como el New Deal de Franklin D. Roosevelt y que sacó al país de la gran crisis.