El plan de la dictadura | El Nuevo Siglo
Viernes, 2 de Febrero de 2024

Maduro busca ahora dividir la oposición

* Un ingenuo Biden sin margen de acción

 

En toda una encrucijada se convirtió para la comunidad internacional la forma en que la dictadura venezolana decidió incumplir los compromisos de habilitar a los candidatos presidenciales de la oposición y dar pasos concretos hacia la realización de elecciones generales libres, vigiladas y transparentes en el segundo semestre de este año.

Si bien es cierto que el gobierno de Estados Unidos anunció esta semana que reactivará las sanciones sobre las exportaciones de petróleo, gas y oro venezolanos, las mismas que había flexibilizado en el último trimestre del año pasado, luego del acuerdo entre el gobierno chavista y la oposición en la mesa de negociación que se instaló en Barbados, la respuesta de la satrapía a esa advertencia de Washington no solo fue destemplada sino altamente desafiante.

Lo cierto es que, al tenor de los analistas en Caracas, el régimen dictatorial logró hacerse a un cuantioso salvavidas económico en estos últimos meses que, seguramente, utilizará en los próximos para aceitar su maquinaria política en todo el país, no solo para redoblar la persecución contra los focos y dirigentes de oposición, sino para financiar las instituciones judiciales, administrativas, militares y policiales que hacen parte de su aparato de represión.

Aunque la candidata única presidencial de la oposición, María Corina Machado, insistió esta semana en que seguirá adelante con su campaña y que espera que la comunidad internacional aumente la presión a Maduro y el Tribunal Supremo de Justicia para que reversen la inhabilitación política de la aspirante, todo hace indicar que la satrapía no piensa ceder y, por el contrario, ya decidió avanzar en el cronograma electoral con miras a montar toda una pantomima política en la segunda parte de este año. Se teme, incluso, que desde las toldas chavistas se empiece a tratar de dividir a la oposición con el objetivo de convencer a alguna facción pequeña y débil de lanzar algún candidato ‘títere’ o sin ninguna posibilidad de imponerse en las urnas al jefe del régimen.

Sí, ya Machado y la cúpula de la plataforma que lucha contra la satrapía advirtieron que no se admitirá ni reconocerá ningún llamado a elecciones que excluya la participación de la candidata, al tiempo que desautorizaron cualquier aspiración nueva a nombre de ese bloque. Pero es sabido que la oposición no está totalmente cohesionada y en el pasado algunas facciones le hicieron el juego a la dictadura en su intención de tratar de darle un tamiz de legitimidad -un esfuerzo claramente tramposo y fallido- a las citas en las urnas organizadas y manejadas por el oficialismo chavista.

Paradójicamente la alternativa de aumentar las sanciones políticas, económicas y diplomáticas a Venezuela no parece muy cercana, sobre todo porque más que afectar a la dictadura, sería la ya por sí atribulada población la que se vería golpeada principalmente. De hecho, algunas voces de la oposición han advertido que no le corresponde a ese bloque estar pidiendo a Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional que haga más drástico el embargo económico al régimen chavista, puesto que tales peticiones terminan afectando a la ciudadanía más inerme, desempleada y empobrecida, con el consecuente coletazo electoral negativo.

¿Entonces? No es fácil el escenario que se configuró tras la decisión del cooptado Tribunal Supremo de Justicia en torno a ratificar la inhabilidad de Machado. Las condenas mundiales han llovido sobre la dictadura, salvo contadas y vergonzantes excepciones, como la del gobierno colombiano, que hasta el viernes mantenía un controvertido silencio cómplice con la satrapía madurista.

El margen de acción del gobierno Biden ahora es más estrecho y quedó en evidencia que su estrategia para ablandar a la dictadura no solo resultó fallida sino que puso bajo la lupa los vacíos de la política internacional del presidente demócrata. De hecho, esta semana varias voces del partido Republicano criticaron la ingenuidad de la Casa Blanca y cómo terminó dándole un respiro económico a un régimen autoritario, pese a todas las advertencias que en su momento se hicieron frente al riesgoso plan de aliviar las sanciones sin tener una contraprestación real a cambio. Incluso, se recalca que el chavismo logró la excarcelación y envío a Caracas por parte de las autoridades norteamericanas del señalado testaferro Alex Saab, que era el principal eje de presión para forzar cesiones de Maduro…

Habrá que esperar cómo se desarrollan los acontecimientos en las próximas semanas en Venezuela. Por ahora, el panorama es más complicado para la oposición y muy lejana la esperanza de retornar a la democracia en el corto lapso. La dictadura trazó un plan para seguir en el poder y, de forma por demás cándida, la comunidad internacional terminó jugando a su favor…