- Estado colombiano no puede detenerse
- Corea del Sur, ejemplo para el mundo
En medio de la emergencia nacional por la llegada al país del coronavirus, que ayer al cierre de esta edición tenía más de treinta casos reportados, hoy el Congreso debe reanudar sus sesiones. En apenas tres meses senadores y Representantes tienen por delante una amplia agenda de proyectos y debates de control político. Además de las iniciativas que vienen en trámite, como la que propone crear la cadena perpetua para homicidas y violadores de menores de edad, al Parlamento deben llegar ahora otras de gran calado, como la reglamentación a la última modificación al Sistema Nacional de Regalías, que gobernadores y alcaldes están urgiendo, o la propia reforma a la justicia que la Ministra del Interior reiteró la semana pasada que será radicada apenas comience este segundo tramo de la legislatura.
Como es apenas obvio, la alerta sanitaria por el Covid-19 está llevando a que cada día que pasa las dinámicas laborales, comerciales, deportivas, culturales, académicas, de transporte, familiares e institucionales tengan que ser restringidas para poder controlar la curva de contagio del virus y así garantizar que el brote no se salga de control en cuanto a número de infectados y posibles muertes.
La idea un poco es imitar lo que pudo hacer Corea del Sur que, a diferencia de China que optó por poner en cuarentena a millones de personas, prefirió aplicar estrictos protocolos sanitarios y una campaña masiva de pruebas de diagnóstico en que, con ayuda de la tecnología, logró crear consciencia en la población circundante a los casos de contagio confirmados para que se hiciera las pruebas rápidamente y descartaran cualquier riesgo de haber sido contaminados. Ello sumado a un llamado a la ciudadanía para que optara por el distanciamiento social y una práctica rigurosa de las medidas de higiene preventivas. Ese plan de choque redundó en que pese a ser el segundo país asiático con más casos confirmados de coronavirus (un poco más de 8.000), la tasa de mortalidad sea muy baja (apenas 75 decesos hasta este fin de semana) y un alto porcentaje de pacientes curados. Además de haber controlado el impacto sanitario del brote de Covid-19, sorprendió que en Corea del Sur buena parte de las actividades prioritarias pudieron continuar desarrollándose con relativa normalidad, salvo las restricciones propias de los factores de riesgo ya suficientemente advertidos. El Estado no se detuvo, por el contrario el aparato institucional siguió funcionando, y este es un elemento clave para afrontar la emergencia y mantener a flote el sistema de generación de productos, bienes y servicios, evitando, de paso, que el pánico cunda en la población.
En ese orden de ideas, bien ha hecho el Gobierno colombiano al llamar a la calma para afrontar esta alerta sanitaria, tomando de forma progresiva pero rápida medidas y restricciones que en otras naciones han demostrado ser eficaces para contener la expansión del virus. Enmarcadas todas esas indicaciones dentro de los protocolos sanitarios prioritarios, es claro que el Estado no se puede detener. Por el contrario, se le requiere funcionando a todo vapor. Los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial ya están activando estrategias para ello. Igual alivia que la cúpula gremial haya recalcado el fin de semana que garantiza el suministro de alimentos, víveres y demás mercancías. También se ordenó a las empresas de servicios públicos asegurarse de que no haya interrupciones en los mismos…
De allí que el Congreso está llamado a dar ejemplo y continuar desempeñando su labor en medio de la emergencia, aplicando los protocolos sanitarios del caso. Hay que priorizar la asistencia del personal esencial al Capitolio y el resto puede seguir desarrollando sus labores a distancia, gracias a las ventajas tecnológicas que están al alcance de todos. Si es necesario que se disminuyan las sesiones en comisiones y plenarias, que se proceda en consecuencia. Si se requiere que senadores y Representantes participen de las mismas por vía virtual, hay que hacerlo. Todo el proceso legislativo se puede adecuar a las exigencias de esta emergencia en salud, como ya lo han anunciado también jueces, fiscales, magistrados, Fuerza Pública y funcionarios de todas las dependencias oficiales del orden nacional, regional o local. El Estado colombiano, se reitera, no se puede detener. Ningún poder público puede ni debe suspender labores, menos ahora que se requiere de su concurso institucional y funcional para aprobar, debatir, controlar o implementar las medidas que se sigan tomando para afrontar la expansión del coronavirus de la mejor forma posible y con el menor saldo de infectados y muertes.