*Prioridad lo social
*Se han destinado $ 29.3 billones
Son muy atractivas las oportunidades de invertir en la Costa Atlántica, en donde las falencias y las debilidades estructurales, reclaman la atención del Gobierno y se tornan en una opción para los particulares. Los puertos de esa región se modernizan y reciben cuantiosas inversiones. El puerto de Cartagena se ha convertido en uno de los más eficientes y prósperos de la zona. La apertura económica ha multiplicado el transporte de ida y vuelta, por lo que se han debido destinar grandes recursos para tecnificarlos, volverlos más seguros y efectivos. En el caso de Cartagena se le reconoce como la vitrina de Colombia, al puerto arriban a diario viajeros de todo el mundo, turistas y ejecutivos. Lo mismo que se realizan eventos oficiales nacionales e internacionales, en ocasiones con gobernantes y funcionarios de diversos países. Los presidentes colombianos tienen su otra sede en Cartagena, en donde se efectúan cumbres de la mayor trascendencia y se intenta buscar la inspiración en el mar que iluminó a ese gran estadista Rafael Núñez. El presidente Juan Manuel Santos y su esposa se han dejado seducir por el embrujo de Cartagena, lo mismo que sus ilustres invitados que siempre quieren volver a la hospitalaria ciudad amurallada. La infraestructura turística y la reforma de vetustas edificaciones coloniales, que se convierten en hoteles, restaurantes o sedes de prósperas instituciones, provocan un contraste que atrae al turista colombiano o extranjero.
Santa Marta es la otra potencia turística de la Costa Atlántica, con la simbólica Quinta de San Pedro Alejandrino, en donde pasó sus últimos días el Libertador Simón Bolívar. Ese es un templo de la libertad y una suerte de oasis donde se respira el aire de tiempos de gloria, que cuenta con la vieja casona de la hacienda de De Mier, el noble español que le brinda su casa al político y guerrero que había cortado el cordón umbilical con Madrid. Esa antigua estancia colonial en donde se refugia Bolívar, en días tormentosos, para alejarse de la ingratitud de un puñado de políticos granadinos y venezolanos, con miras a salir del país rumbo a Londres, debiera ser el altar de la unidad hispanoamericana.
Y no muy lejos está Barranquilla, que moviliza turistas nacionales y extranjeros, que se divierten en el carnaval que se efectúa todos los años y es una muestra de la sana alegría de los nativos, como de la música caribeña, las comparsas y deseo de festejar la vida y sonreír al futuro. Barranquilla se distingue como uno de los polos industriales y de desarrollo más vigorosos del país. Se establecen en su suelo compañías que buscan favorecerse con la apertura económica, conformadas por habilísimos comerciantes que aprovechan las oportunidades y se constituyen en fuente de innovación en los negocios, los que dan trabajo a miles de seres.
El Gobierno utiliza el impulso que recibe la Costa Atlántica para favorecer no solamente a los inversionistas, constructores, comerciantes, empresarios, hoteleros, ganaderos y agricultores, sino que se esfuerza en fomentar la inversión social.
Entre el 2010 y el 2013 se aprobaron 114 proyectos agropecuarios productivos por valor de 105.920 millones de pesos, que beneficiaron a 5.719 productores. Lo que facilitó que se recuperaran los negocios de gran parte de las gentes que habían perdido sus haberes y fuentes productivas por cuenta de las inundaciones.
El formidable aporte del Gobierno nacional le da prioridad al Caribe, con miras a mejorar las condiciones de vida de la población local, en una acción planificada y fecunda que está trasformando la región. El Caribe en el gobierno de Juan Manuel Santos ha recibido 29.3 billones de pesos, lo que significa que se aumentó la inversión en un 92% durante su gestión. El Gobierno nacional actúa de consuno con los gobiernos departamentales y locales, con la finalidad de que la inversión social beneficie las comunidades y las zonas que más sufren por la falta de atención estatal y oportunidades. Se trata de fomentar la infraestructura o de repararla, para facilitar el desarrollo. Una de las grandes prioridades es rescatar la navegación por el río Magdalena, ribereño de comunidades que han sido duramente golpeadas por el atraso y la necesidad, con poblaciones que se multiplican en medio de la frustración y la falta de recursos. En recuperar la navegación en esta arteria fluvial se invierten 2 billones de pesos; se trata de una asociación pública y privada, de cuyos trabajos se espera que el comercio y el transporte de pasajeros se multipliquen, para romper el aislamiento de varias comarcas que se asfixian en la incomunicación y la falta de oportunidades. Al volcar la inversión social al Caribe se propone dar un impulso decisivo a la integración y desarrollo de una de las zonas más prometedoras de Colombia.