* Minería y desarrollo
* Enfermedad holandesa, a debate
El Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, al presentar su balance anual, mostró en algunos campos excelentes resultados. Y ello en medio de controversias que han dividido a la opinión pública, como es el caso de la venta de Isagen. Lo anterior porque las empresas del ramo energético, que tienen que ver tanto con el desarrollo como la visión política futurista, tienden a mantenerse en manos del Estado así, en ocasiones, por razones financieras, algunos gobiernos salgan a venderlas, como en el caso actual en Colombia, pues se espera que con la enajenación de Isagen se obtengan cuantiosos fondos para invertir en infraestructura.
La polémica se da en particular alrededor del precio de una empresa tan solvente. También porque hay quienes plantean que en lugar de venderla hay posibilidades de conseguir valiosos préstamos teniendo como garantía a esa entidad del Estado. Tales recursos se invertirían en infraestructura y con la rentabilidad de los proyectos de expansión de la misma Isagen se podría pagar la deuda y el Estado seguiría como dueño de la generadora. Sin embargo, el Ministro insiste en privatizarla con el firme objetivo de financiar obras de infraestructura en el país, un sector en el que estamos muy rezagados, uno de los factores que contribuye de manera negativa a que persista la violencia secular en el país.
Como es apenas lógico, sobre éste y otros asuntos delicados de política financiera, a cargo del ministro Cárdenas, se producen distintas reacciones. Pero lo cierto es que el zar de las finanzas hace su trabajo con dedicación e iniciativas en diversos campos que, como toda medida, necesariamente, beneficia a unos y mortifica a otros. La implementación de la última reforma tributaria ha sido alabada por las grandes empresas, así la clase media sea grabada con más impuestos, en tanto, en parte y como consecuencia del paro agrario, se favorece con multimillonarios subsidios a sectores ligados al campo.
Quizá entre los logros más importantes del ministro Cárdenas está la información oportuna a la opinión pública y los inversionistas sobre la política económica, siempre con la claridad y transparencia que exigen asuntos tan complejos. El esfuerzo del Banco de la República, cuya junta preside el funcionario, ha conseguido registrar la más baja inflación en más de medio siglo. El propio presidente Juan Manuel Santos destacó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) apenas creció 1,94 por ciento en 2013, según lo reveló el Dane. Es una gran noticia para el bolsillo de los colombianos y de allí que, acudiendo a una metáfora futbolística, y también teniendo en cuenta los resultados positivos en materia de empleo y crecimiento, el Jefe de Estado haya dicho que Colombia es “cabeza de serie” en América Latina en materia de inflación, generación de puestos de trabajo, aumento del PIB, inversión y TLCs.
Otro de los grandes logros de la economía ha sido reducir la pobreza, tema en el cual se ha hecho un gran esfuerzo, a tal punto que la tarea es puesta como ejemplo en la actualidad por organismos internacionales.
Es de anotar que, como lo sostiene el exministro Juan Camilo Restrepo, “una inflación alta favorece las inversiones especulativas y distorsiona las correctas decisiones de inversión de una economía; un índice de precio bajo permite que el ahorro se oriente a las inversiones que sean más rentables social y económicamente”. Y agregó que “el ajuste del salario mínimo del 4.5% no fue un desacierto si se le compara con la evolución del índice de inflación de 2013. Significa que el ajuste fue casi 80% superior a la inflación causada por el año anterior”. Siendo éste un hecho relevante, es de anotar que la situación de los pensionados sigue estancada en materia de reajustes desde hace largo tiempo.
Como se sabe la economía colombiana se favorece por las elevadas inversiones en la explotación minera, la dinámica de la construcción y los movimientos financieros que mantienen una banca pujante que ha dado muestras de solvencia. Ejemplo de esa fortaleza es la forma en que se amortiguó la quiebra de Interbolsa, que en otras condiciones y con un gobierno inestable habría podido producir un pánico financiero.
Naturalmente, como estamos en medio de una bonanza minera, no faltan prestigiosos economistas, como José Antonio Ocampo, que señalan que en el país se perciben los efectos de la llamada “Enfermedad holandesa” debido, precisamente, al impacto creciente de esta industria extractiva sobre el consumo de bienes no transables. Lo que más preocupa al ex ministro Ocampo es la desindustrialización que viene sufriendo el país en los últimos 4 años, en parte debido a la recesión internacional que se registró en 2008. Este fenómeno es más grave, a su juicio, puesto que tiene un fuerte impacto en el desarrollo tecnológico. El rezago colombiano en este último sector ha sido uno de los graves problemas que los sucesivos gobiernos no consiguen superar. Los países más avanzados mantienen grandes inversiones en esta área y de allí su pujanza.