Tras el éxito con el cual se desarrolló y culminó el Hay Festival, una vez más se confirmó que Cartagena es la vitrina internacional por excelencia de Colombia. A la cita cultural arribaron figuras representativas de las letras, el arte, el periodismo y de otros ámbitos desde los diversos rincones del planeta. Se estima que no menos de 165 personalidades asistieron al singular encuentro. También se evidenció una vez más que la cultura genera dividendos, tanto por la ocupación de los hoteles y restaurantes, como por la concurrencia masiva a los eventos del festival. En especial se destacan los enriquecedores conversatorios y conferencias entre representantes de varias disciplinas y la forma en que interactuaron con el público, que tuvo la oportunidad de acceder a varios de sus autores y personalidades predilectas. Ese contacto cercano resulta invaluable para los participantes y dimensiona aún más los ecos de sus conceptos y enseñanzas. Lo mismo que fue llamativo su intercambio de información con la gente en las calles de La Heroica, muchas de las cuales les contaron a los ilustres visitantes, con humor y gracia, su propia experiencia o visión de Gabriel García Márquez.
Otro aspecto a destacar es que la organización del Hay Festival demostró de nuevo su eficiencia. La mayoría de los invitados se mostró complacida por el trato recibido y la cálida profesionalidad con que los hospedaron y trataron, confirmándose así la clásica hospitalidad de los cartageneros. Los eventos, en general, se efectuaron a la hora programada y la logística brilló por su eficiencia. La juventud tuvo un papel preponderante en esta décima edición del festival, lo que permite revalidar los atractivos del que está ya en vías de convertirse en una de las escenas culturales más importantes del continente.
En el ambiente se sintió en todo momento la profunda nostalgia por García Márquez, quien de esta manera estuvo omnipresente en todos los actos. Los invitados famosos y aquellos en ascenso, le dedicaron varias conferencias y anécdotas, revalidando así el ámbito universal de su obra y personalidad. El X Hay Festival, de esta forma, se convirtió en un gigantesco homenaje al hombre de Aracataca.