Dinámica del partido único | El Nuevo Siglo
Miércoles, 9 de Octubre de 2013

*El arte de acallar la oposición

*Pretenden uniformar la opinión pública

 

Siguen en aumento las noticias sobre la persecución por parte de los gobiernos en algunos países de Hispanoamérica a los medios de comunicación. Pese a que al crecer  los sistemas de información inmediatos en los que la gente del común transmite sus opiniones y emociones sobre lo que ocurre a su alrededor o toma fotos, se trata en ocasiones de apartes de lo sucedido, de visiones parciales como fichas de rompecabezas. Falta el porqué del asunto, qué produjo el incidente, las causas, las motivaciones de diversa índole. Los medios ordenan y profesionalizan la información de conjunto, en particular los que se ocupan en el análisis de los hechos y mantienen familiaridad con esas ocurrencias. Y esa información cuando es ordenada, clara y esclarecedora, es la que con ansiedad desean conocer las personas en los medios, en particular en la prensa escrita o las revistas especializadas. Cuando se trata de eventos que atrapan la atención del público y que son investigados por acuciosos expertos, que divulgan entre el público se multiplica la audiencia.

Los gobiernos que se ven envueltos en escándalos de corrupción, abusos de poder, que manipulan los sondeos de opinión, que indigestan a las masas con información amañada, le temen a la veracidad de la información escrita o verbal. En particular cuando intentan conducir a la opinión al sistema del partido único, por lo que deben desacreditar a los contrarios. La dinámica del partido único es devastadora para la democracia. El sistema de gobierno se torna excluyente. La administración deja de trabajar y servir a todos los ciudadanos, para degenerar en apestoso exclusivismo que convierte a cuantos no votaron por los que están en el poder en ciudadanos de tercera, dado el caso son tratados como enemigos del Estado. Los organismos oficiales y su burocracia se comportan como una fuerza de ocupación extranjera. Las fuerzas del orden permiten que los activistas del partido único ataquen a sus adversarios, asalten sus viviendas y negocios. Sin garantías, cuando esos gobiernos convocan a elecciones, se le niega a la oposición el derecho a tener su representación en los organismos electorales. Se hostiliza a sus testigos en las mesas de votación, si se les permite tenerlos. Lo que facilita el fraude y toda clase de manipulaciones que son una burla a la democracia.

No se contentan con intimidar a los jefes de la oposición y hostilizar el electorado, para poder ejercer  la vergonzosa farsa electoral se valen de toda clase recursos tortuosos con la finalidad de obstaculizar la labor de los periodistas. Se les niegan las divisas para la compra de papel, si pasan esa talanquera lo demoran en las aduanas. Los sabuesos del régimen visitan armados las  instalaciones de los medios y amenazan a los dueños de las empresas y a los periodistas Se persigue a los periodistas por cuenta de falsas denuncias que les llegan a funcionarios venales, los que no vacilan en ejercer un trabajo punitivo contra los periodistas y los medios que el gobierno señala como detestables enemigos del pueblo.

No siempre acuden a la fuerza, se valen de legislaciones perversas para entorpecer la labor informativa independiente. Cuando adquieren predominio en las asambleas hacen aprobar leyes punitivas, destinadas a favorecer demandas amañadas contra los medios. Es así como en Ecuador el presidente Rafael Correa, arremete contra El Universo, mediante demandas que reciben funcionarios afines al gobierno y que sancionan al diario con multas que lo llevarían a la quiebra. Que apenas por la presión internacional y por tratarse de burdos montajes, no se ejecutan, pero que obligan a varios periodistas a irse del país.

En Venezuela tiemblan los sectores independientes de los medios que han sobrevivido a las presiones indebidas, que han padecido multas y allanamientos, que reciben con frecuencia amenazas y visitas agresivas  de la  dirección de impuestos. A diario se amenaza a Henrique Capriles con llevarlo a la cárcel. Temerosos de las acusaciones contra los medios de estar librando una supuesta guerra psicológica contra el gobierno. En medio de tan desfachatadas amenazas de pronto aparece un elemento afín al régimen con la propuesta de comprar. Se trata de acallar a cualquier precio a los que no comulgan con el oficialismo y si las amenazas no dan resultados, los compran. En Venezuela se tiende cada vez más a considerar como subversivos a los medios que publiquen noticias o que analicen las causas del desabastecimiento, que informen sobre el desempleo, que exijan explicaciones sobre la deuda externa. En nuestra región los gobiernos que presionan el avance al partido único pretenden que los medios que los contradicen se silencien por su propia cuenta.