El milagro económico de Rajoy
La situación de Europa occidental, que se ha visto beneficiada en lo económico por la baja en el precio del petróleo, muestra signos contradictorios. El triunfo de la izquierda en Grecia en parte se debe a la crisis que articuló el populismo socialista con el despilfarro de los recursos estatales y los préstamos de la Unión Europea, bache que no pudieron superar los gobiernos de centro que siguieron los dictados de Berlín en torno de un ajuste de las finanzas. Ese escenario es el que le permitió al joven político Alexis Tsipras, audaz y fogoso orador, llegar al poder al captar los votos de los descontentos con la promesa de alcanzar en poco tiempo el bienestar económico y repartir futuras y jugosas ganancias con la población más necesitada. Todo ello en alianza con los sectores de derecha ultranacionalistas que le permiten ganar la votación parlamentaria.
Lo que es evidente es que el discurso mesiánico caló en la población griega que desesperó por la carga penosa de pagar las deudas que dejó la “fiesta socialista” y que no quería más sacrificios, sino más fiesta. En ese cuadro circunstancial, los que piden racionalmente austeridad, responsabilidad financiera y manejo prudente de los recursos, se tornan en aguafiestas en la nación helena... Nada de hombres de Estado, si acaso los hay, es la hora de los demagogos.
De otro lado, en España se mueven los de la facción “Podemos”, con un discurso similar al de Tsipras, que se inspira en el del finado comandante Hugo Chávez, cuya imagen de demagogo urbano sustituye la de antiguos guerrilleros como el Che Guevara, que pasó de moda. Estamos en la hora de los aventureros que le disputan el poder a los partidos tradicionales y la izquierda moderada. Pero hay que precisar que la situación de España es diametralmente distinta a la de Grecia, puesto que la economía ibérica ha reaccionado favorablemente en los últimos tiempos y se estima que en el 2015 crecerá más que Alemania. Eso era algo impensable hace apenas unos meses, mucho más cuando los gurús de la economía mundial habían pronosticado que con las medidas de austeridad de Mariano Rajoy colapsaría el país. Nada de eso ocurrió. Es más, el Fondo Monetario Internacional estima que el PIB español crecerá el 1,3% este año y el próximo un 1,7%, en tanto los expertos independientes esperan que la recuperación sea aún más sostenida.
Por lo tanto, con esas cifras positivas los cantos de sirena de los populistas no debieran atraer a los españoles, por lo que no se entiende cómo un poderoso sector de las masas se moviliza en favor de esas facciones aventureras y populistas.