La ofensiva lanzada por el gobierno de Daniel Noboa para recuperar el orden y la autoridad en Ecuador ante el auge del narcotráfico, la delincuencia organizada y el terrorismo, enfrenta desafíos todos los días. Afortunadamente el Estado no cede ante la andanada criminal ni acepta chantajes como tampoco cuestionables ofrecimientos de ‘negociación’.
La última evidencia de la inquebrantable cruzada contra el crimen en el vecino país se dio ayer. Tras el asesinato el miércoles del fiscal que investigaba la toma violenta, la semana pasada, de un canal de televisión por parte de señalados integrantes de bandas criminales, el gobierno Noboa ordenó ayer el ingreso de centenares de militares y policías a una cárcel del complejo penitenciario de Guayaquil, en donde es claro que operan las redes de narcotráfico que han sembrado el terror en varias zonas de país.
De hecho, fue de ese penal que se logró fugar hace dos semanas Adolfo Macías, alias ‘Fito’, cabecilla de una de las bandas criminales más peligrosas de Ecuador, quien estaría detrás de la escalada de violencia de los últimos días contra la Fuerza Pública y población civil. El señalado delincuente, que se sospecha habría huido a Colombia o Perú, ofreció en los últimos días entregarse a las autoridades, pero bajo determinadas circunstancias. El Ejecutivo le respondió que era libre de someterse a la justicia, mas, las condiciones no las ponían los delincuentes, sino el Estado.
De paso, las autoridades anunciaron que ya habían detenido a dos sospechosos del homicidio del fiscal, abatido cuando se desplazaba sin escoltas en una camioneta en Guayaquil. Su asesinato impactó a todo el país por cuanto semanas atrás había denunciado nexos entre redes criminales con sectores políticos y estatales.
La toma de la cárcel y la captura de los dos sospechosos del crimen del fiscal evidencian que el gobierno Noboa, quien ha recibido fuerte respaldo internacional en su decisión de enfrentar la narcoviolencia, no se deja arrinconar por las bandas criminales y está dispuesto a hacer prevalecer el orden y la autoridad.
De hecho, solo en la última semana se han llevado a cabo más de 20.000 operativos y hay más de dos mil detenidos. De igual manera, se retomó el control de muchas cárceles y la Fuerza Pública tomó muchos enclaves en donde mandaba el hampa.
La valiente actitud del Gobierno, la justicia, la Fuerza Pública y la sociedad ecuatoriana en esta cruzada contra el crimen, es un ejemplo a nivel continental, sobre todo frente a países en donde se quiere “negociar” con los delincuentes y ofrecerles prebendas a cambio de que no sigan matando.