* Otro gran foco de tensión mundial
* Definen futuro de relación con China
Después de Medio Oriente y Ucrania, Taiwán es el otro gran foco de la tensión mundial por la cada vez más clara ambición de la China comunista de lograr la reunificación con ese territorio, en el cual se refugiaron en 1948 Chiang Kai-shek y sus seguidores en medio de la revolución. Beijing siempre ha reclamado la zona como suya, pero al mismo tiempo el pueblo y gobierno taiwaneses cuentan con un sólido respaldo político y militar de Estados Unidos.
Tras décadas de dictadura militar la isla dio un viraje fundamental a la democracia y durante los últimos 30 años ha consolidado un sistema democrático estable y respetable. Su sociedad se percibe en el planeta como una de las más abiertas y libres de Asia. El futuro del relacionamiento con el gobierno de Xi Jinping será la decisión de fondo que tomarán los cerca de 20 millones de votantes taiwaneses en las elecciones de este sábado, cuando tendrán que escoger entre dos médicos y un expolicía al nuevo presidente del país.
El candidato favorito es Lai Ching-te (también conocido como William Lai) del Partido Democrático Progresista y actual vicepresidente de Taiwán -la popular presidenta Tsai Ing-wen llegó a los límites de sus dos mandatos-. Médico de profesión, su fortaleza radica en que representa la continuidad de la política bajo el postulado de “un país, dos sistemas”, de la apuesta por el fortalecimiento de la identidad taiwanesa y el afianzamiento en paralelo de las relaciones políticas, económicas y militares con Estados Unidos. La escogencia como compañero de fórmula de Hsiao Bi-khim, ex jefe de la diplomacia de Taiwán en Washington, es un mensaje fuerte en esa dirección.
Su principal adversario es Hou Yu-Ih, ex policía y alcalde de Nuevo Taipéi, que pese a pertenecer al Kuomintang, el partido que fundara a comienzos de siglo XX Sun Yat-sen, que gobernó la China pos imperial y al cual estaban afiliados la mayoría de los primeros ocupantes de Taiwán, se opone a la independencia de la isla y favorece construir consensos y entendimientos con Beijing, profundizando las relaciones diplomáticas y económicas. No hay que olvidar que, aún con las tensiones, China es el principal socio comercial de Taiwán.
También se percibe como “pro chino” el tercer candidato, Ko Wen -Je, cirujano, ex alcalde de Taipéi y del recién fundado PPP (Partido Popular de Taiwán), quien plantea una tercería. Con sus propuestas innovadoras ha logrado captar la atención de parte del electorado joven pero las encuestas no le otorgan probabilidades de triunfo.
Hace pocos días, en su discurso de año nuevo, Xi Jinping dijo que “la reunificación de la patria es una inevitabilidad histórica”. En el congreso del Partido Comunista de 2022 había dicho que “nunca prometeremos renunciar al uso de la fuerza y nos reservaremos la opción de tomar todas las medidas necesarias para lograr el objetivo”.
El actual gobierno taiwanés ha denunciado los intentos del de Beijing por interferir en las elecciones, así como de influir el discurso político y las narrativas principales de la contienda. Separados apenas por las 100 millas que abarca el estrecho de Taiwán, lo que en definitiva está en juego en los comicios es mucho más que una disputa histórica. Pese a que reside en un archipiélago pequeño y rocoso, Taiwán tiene una economía desarrollada y robusta. Como se sabe, es nada más ni nada menos que el principal productor mundial de semiconductores, cruciales para las nuevas tecnologías y, por su posición estratégica, la mitad de los buques porta-contenedores del planeta transitan por su territorio cada año.
Las maniobras militares por parte de China sobre el estrecho se han incrementado desde hace dos años, después de la invasión de Ucrania por Rusia, hecho que desde distintos países se percibe como advertencias de una posible invasión. Estados Unidos ha manifestado su apoyo a Taiwán en caso de una incursión bélica, todo lo cual explica el interés y la importancia que suscitan las elecciones del próximo sábado a nivel mundial.
Desde la academia y los medios locales se dice que la mayoría de los taiwaneses está a favor de mantener el statu quo: independencia y autonomía, sin llegar a la confrontación con China. Quien resulte elegido asumirá el cargo el próximo 20 de mayo y tendrá hasta 2028 la responsabilidad de administrar los inquietantes presente y futuro de Taiwán.