Congreso Mundial del Derecho | El Nuevo Siglo
Domingo, 21 de Noviembre de 2021

* Un homenaje a la democracia colombiana

* La ley como una herramienta vital de paz  

 

 

Dentro de dos semanas Colombia será la sede de uno de los cónclaves jurídicos más importantes del planeta. El 2 de diciembre se inaugurará en Barranquilla el Congreso Mundial del Derecho (World Law Congress), que reúne a las principales autoridades judiciales de múltiples naciones así como a los más reconocidos expertos internacionales con un único fin: analizar la evolución del poder de impartir justicia como garantía primigenia de la democracia, el respeto por los derechos humanos y la defensa de la institucionalidad, ya que esos tres elementos son los llamados a combatir el autoritarismo, la violación sistemática de las garantías fundamentales y el uso de la violencia como medio para imponerse a los otros.

El hecho de albergar esta versión número 26 del Congreso global de juristas tiene un doble significado. De un lado, es un reconocimiento a la larga y consolidada tradición democrática e institucional de Colombia, cuyo ordenamiento constitucional se basa en la vigencia ininterrumpida de un Estado Social de Derecho que no solo contiene y defiende un marcado enfoque humanista sino que, además, se sustenta en un esquema fuerte de separación de poderes así como de pesos y contrapesos que es ejemplo a nivel continental.

Y, en segundo lugar, el realizar este cónclave jurídico en nuestro país se traduce en un mensaje directo y contundente a una serie de regímenes autoritarios, dictatoriales y autocráticos, tipo Venezuela, Nicaragua o Cuba, en donde la democracia no existe y las instituciones no están al servicio de la población sino que son utilizadas para reprimirla y violarle los derechos humanos a todo nivel.

En entrevista dominical con este Diario, Javier Cremades, presidente de la Asociación Mundial de Juristas, fue claro en dimensionar la importancia trascendental del congreso, considerando incluso que se podría asimilar a una especie de foro de “Davos del Derecho” a realizarse en Colombia. De hecho, durante el evento se entregará el “World Peace & Liberty Award”, que es un galardón conocido como el “Nobel del Derecho” concedido a aquellos líderes mundiales que se destacan por promover la paz a través del Derecho.

El reconocido jurista español explicó que hace seis décadas un grupo de juristas de América, Asia, Europa y África se pusieron de acuerdo, liderados por el presidente de la Corte Suprema norteamericana, Earl Warren, y por el presidente de la American Bar Asocciation, Charlie Rhyne, para promover una campaña mundial para la paz a través del Derecho. Ello bajo la filosofía del gobierno de las leyes frente al gobierno de la fuerza.

Precisamente por ello, cada dos años, salvo algunas excepciones, miles de juristas, jefes de Estado, ministros del ramo, fiscales generales, magistrados de las más altas cortes nacionales y tribunales internacionales, representantes de la academia, asociaciones de abogados y expertos se reúnen para aprender, proponer y defender que solamente hay una alternativa al uso de la fuerza, que es someterse al imperio de la ley.

Para nadie es un secreto que al recorrer ya la tercera década del siglo XXI hay muchos y nuevos retos para lograr la aplicación de la autoridad legítima y serena. No solo por la persistencia de amenazas de vieja data, como los autoritarismos y regímenes dictatoriales, sino por formas más sutiles pero igualmente lesivas para saltarse el orden legal y constitucional de los países. Formas relacionadas con la utilización perversa de los avances tecnológicos y la digitalización de la sociedad, las fronteras cada vez más difusas entre los derechos individuales y los colectivos, la reformitis legal y nuevos mecanismos para la cooptación de los poderes públicos de manera tal que se subordinen a los intereses particulares y rompan el principio universal de igualdad ante la ley…

Incluso, la pandemia del covid-19 y el impacto amplio que la misma ha tenido en la esfera de los derechos humanos y la capacidad estatal para imponer medidas sanitarias frente a la discrecionalidad individual, obligan a un análisis de fondo sobre las modificaciones que se requieren, desde el ejercicio del Derecho, para hacer frente a este tipo de emergencias bajo un esquema ponderado y garantista.

Barranquilla y el país están listos para afrontar este reto académico, logístico, de bioseguridad y turístico. Estamos seguros que de este Congreso Mundial de Derecho saldrán importantes conclusiones y directrices para la promoción del Estado de Derecho como instrumento para el desarrollo de las naciones, desde un enfoque humanista, democrático y garante de los derechos humanos individuales y colectivos.