El conflicto en Siria continúa. Tanto el régimen como los rebeldes no se permiten pausas. Las fuerzas del gobierno de Bashar al Assad continúan los bombardeos. Esta semana murieron más de cincuenta personas víctimas de las incursiones aéreas del Ejército sirio.
Es una guerra que se ha degradado con los atentados terroristas perpetrados, como el ocurrido con carro bomba frente a una mezquita en una zona del sur del país, que está controlada por los rebeldes. En este ataque se registraron 32 víctimas fatales, entre ellos diez insurgentes y un niño.
La estrategia de apaciguamiento de hace unos meses luego del compromiso promovido por el presidente ruso que descartó incursión aérea de EE.UU. por el caso del uso por parte del régimen de Damasco de armas químicas contra civiles, y que el presidente sirio aceptó desmantelar el arsenal de dichas armas, este acuerdo no ha impedido que sigan en acción las armas convencionales.
De manera paralela a las batallas que se libran en el país árabe entre fuerzas gubernamentales y los rebeldes se realizaban en Ginebra diálogos separados por el mediador de las Naciones Unidas, Lakhar Brahimi, con enviados del gobierno sirio y de los insurgentes. Estas no llegaron al final a nada, en parte por la ocurrencia del atentado con carro bomba, del cual acusan los rebeldes a las fuerzas del régimen.
Son golpes de un lado y del otro. En Alepo los insurgentes detonaron minas bajo un hotel, en la parte antigua de la ciudad, provocando la muerte de cinco soldado y 18 heridos. Los rebeldes islamistas hicieron túneles alrededor del hotel donde se hallaban las tropas y estallaron minas, según informe del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). Luego de este hecho hubo choques entre soldados a los que respaldaban milicianos adictos al régimen y los opositores, causando bajas entre estos últimos.
Sobre el desarrollo de la conferencia en la ciudad suiza, tanto Moscú como Washington reiteraron que van a ayudar a desbloquear la situación. Siempre se trata de conversaciones en que las partes no llegan a una conclusión seria y concreta que permita ver una luz de esperanza para detener el desangre. Quizá al gobierno le conviene más dilatar las cosas para seguir en el poder. Por eso el conflicto en Siria podría prolongarse en el tiempo. De hecho ya son varios años desde que estalló la revolución y no han podido sacar del poder a Assad.