* ¿Es viable una Colombia saudita?
* EE.UU. y su política petrolera
Desde antes que se llegara a la producción de un millón de barriles de crudo en Colombia, por más de una década el petróleo viene cobrando vital importancia en la economía del país, al punto que se ha perdido en cierta forma la noción de lo que significa el dinero, desde el momento que se habla de miles y millones de dólares o de pesos, para las distintas actividades y proyectos oficiales, siempre teniendo en cuenta disponer de las regalías. En la misma forma que los institutos y sectores diversos de la sociedad, públicos, regionales o citadinos, privados o rurales, reclaman por su tajada del petróleo. Las regalías se han vuelto como el maná de los tiempos bíblicos para el pueblo elegido. Eso explica muchas de las medidas oficiales de años y de la actitud de la gente del común, como la lectura del hecho que el Gobierno pueda salir a regalar casas sin cuota inicial, algo que en otros tiempos no habría sido razonable, ni económicamente sostenible. Hoy parece natural, como les parece a los gobernadores y los alcaldes disponer de sumas gigantescas del Tesoro Público para lo que se les antoja. Antes en las ciudades pequeñas el alcalde de sombrero alón, botas de caucho, una camisa vieja y salario modesto, manejaba un presupuesto austero. Era un hombre honrado y la comunidad lo respetaba. Hoy son millares los gobernadores o alcaldes que salen millonarios, sumidos en la estructura corrupta del manejo de grandes montañas de dinero que nunca habían soñado tener a su alcance, que por mala administración o malos manejos huyen de la justicia.
Se hacen inversiones cuantiosísimas que al poco tiempo doblan o triplican su precio, sin la debida justificación y sin que pase nada. Fuera de las declaraciones de algún acucioso funcionario que después misteriosamente enmudece. ¿Cómo es posible que cueste más ampliar la refinería de Cartagena, US$ 7.000 millones, que ampliar el Canal de Panamá? Eso merece una explicación. Son millones y millones los dineros enterrados y dilapidados en carreteras que solo existen en el papel, que no se hicieron o por los malos materiales se vuelven con el tiempo barriales intransitables. Y en las ciudades nos enteramos de que los dineros de los impuestos se van a proyectos mal planeados o inconclusos, tenemos que mientras las grandes y medianas ciudades del mundo trasladan sus aeropuertos fuera del perímetro urbano, aquí se quiere ir en contravía planetaria a sabiendas de que es una medida absurda y de un costo sideral, que seguramente superaría los dos billones iníciales que se calculan. Fruto de la mentalidad de nuevos ricos que surge lleva a algunos a creernos una Arabia Saudita, que nada en petróleo.
Es un gravísimo error y una terrible equivocación. Es verdad que el 70% de nuestros ingresos proviene de las exportaciones de minerales, lo que no significa que los precios a la venta se mantengan siempre al alza, así durante diez años hayan sido muy favorables. Existen ciclos económicos que debemos atender y fenómenos de producción y mercado. Al frenarse la economía mundial cae un tanto la demanda de crudo. Lo mismo que nuestro principal cliente, los Estados Unidos, vienen realizando una política para autoabastecerse de petróleo. Mientras explotan a toda marcha el carbón y abaratan y agilizan su transporte, favorecidos por los trenes y los ríos. El precio del carbón ha caído globalmente y el del interior de Colombia se torna incompetitivo por la baja del precio y los fletes por malas carreteras, tampoco hemos sido capaces de darle valor agregado y transformarlo en gas como lo hizo Sudáfrica. Estados Unidos persigue el mercado de Brasil, en donde hoy tenemos alguna participación. No nos damos cuenta de que la gran potencia petrolera no es Venezuela, son los Estados Unidos con una producción de 7 millones de barriles diarios, por encima de Venezuela que entre el 2008 y 2013 bajó de 3.2 millones de barriles diarios a 2.8, 401.100 barriles menos. Estados Unidos en los últimos 4 años bajó la dependencia de crudo de la OPEP en un 30%.
Estos cambios y el freno mundial a la expansión económica son determinantes para entender la caída de las utilidades de Ecopetrol, lo mismo que por inversiones que no siempre han sido rentables, puesto que el valor del crudo sigue siendo alto y le permite tener jugosas utilidades, pese a la locura de algunos que quieren convertirla en la vaca lechera para todas las necesidades del país, lo mismo que dilapidar las regalías. Las utilidades de Ecopetrol cayeron un 20.2% en el primer trimestre, frente al mismo tiempo en el 2012. Según la empresa, la ganancia neta consolidada alcanzó 3,41 billones de pesos (1.857 millones de dólares), en comparación con los 4,27 billones de pesos que obtuvo entre enero y marzo del 2012.