Los barranquilleros inauguran hoy con la Batalla de Flores el Carnaval, y el baile con el que arranca esta festividad, la más importante de la Arenosa y del país. La participación masiva de la danza se da con Cipote Garabato, este baile nació hace 25 años. Tiene significado filosófico y es ratificar que la vida vence a la muerte. Con cada movimiento y coreografía se confirma que la alegría es más fuerte y la tristeza se rinde ante ella. Desde que fue creada, la agrupación Cipote Garabato se ha popularizado y cumple con el propósito de que los barranquilleros y pueblos cercanos se sientan atraídos e intervengan en la danza.   

Las carnestolendas en la capital del Atlántico tienen origen lejano en el Carnaval que vino a América desde España. De ahí su espíritu de renovación y cambio parecido al que animó estas fiestas en Europa.

Es una fiesta que se conserva y hace parte de la idiosincrasia de los barranquilleros, festivos, y los turistas, que gozan y se olvidan de problemas y también contribuye al desarrollo de esta pujante ciudad y al empleo. Del 14 al 17 de febrero en Curramba manda el rey Momo, hijo del sueño y de la noche, y por supuesto Joselito Carnaval, que lo sepultan el día que terminan las fiestas y resucita el próximo año.        

El primer Carnaval se pierde en la historia hace más de un siglo, cuando Barranquilla era una pequeña población. Hay diversos relatos referentes a la manera como el pueblo barranquillero lo festejaba; su forma siempre ingenua, graciosa, festiva y ante todo sana, han permitido que se conserve una tradición que se remonta tres siglos. No es fácil precisar con certeza la etimología de la palabra Carnaval. Se cree que procede de Carrus Navallis, una fiesta popular derivada de las Saturnales Romanas 

En Grecia y Roma incluían actos procesionales. En tales espectáculos comunes entre teutones y celtas, se paseaba un barco con ruedas dentro del cual, grupos enmascarados ejecutaban danzas y entonaban canciones satíricas en medio de jubiloso desorden.

El Carnaval de Barranquilla es declarado por la Unesco, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. El anuncio lo hizo Koichiro Matsura, director general, en ceremonia que se realizó el 7 de noviembre en la sede de esa organización en París.