*Crudo produjo $31 billones
*En busca de nuevos clientes
LA economía mundial sigue atada en gran medida al petróleo, pese a que existen numerosas fuentes de energía y procesos químicos o naturales que permiten producir combustible de manera artificial. Estados Unidos ha sido uno de los mercados predilectos del crudo de nuestra región, en especial en el siglo pasado, cuando Venezuela figuraba como el principal abastecedor del preciado mineral a esa potencia. Los tiempos han cambiado desde cuando el dictador Juan Vicente Gómez recibía al mismo tiempo en Miraflores a los representantes de las compañías petroleras y de las potencias para negociar, con las cartas descubiertas, el precio de venta. Aun así, por décadas, el petróleo venezolano se vendió a un dólar por barril, suma irrisoria que solventó en cierta medida el desarrollo industrial de las naciones más ricas. Apenas por los años 50, Rómulo Betancourt, con su ministro Pérez Alfonso (creador de la OPEP) lograran elevar el precio de venta al pactar el “fifty-fifty” en el negocio.
Carlos Andrés Pérez, en momentos de bonanza económica, nacionaliza el petróleo, comprando los derechos a las multinacionales que exploraban en Venezuela. Esa medida fue aplaudida por la población, convencida que podría disponer a su antojo de los millones de bolívares que generaba el petróleo. A partir de ese momento el populismo ingresó incontenible por las venas de la política venezolana hasta producir grandes trastornos que llevaron a la volatilidad y la dilapidación de los recursos en distintos gobiernos, como en la presidencia del comandante Hugo Chávez, quien convirtió la chequera petrolera en instrumento político para trastornar los gobiernos regionales y asistir como mecenas a Cuba, que agonizaba en lo económico. Chávez desafió a Estados Unidos y sin importar que allí poseyera dos de las refinerías más importantes del mundo, resolvió buscar nuevos clientes para el crudo y convirtió a China en su principal aliado económico en el mundo. Entre tanto, Washington, a su vez, avanzó en la teoría de invertir gigantescas sumas de dinero en explotar sus propios recursos mineros y no depender las importaciones de terceros países. Esta política que apenas comienza y que avanza a ritmo acelerado, ha sido muy mal recibida por aliados como Arabia Saudita, que teme por los altibajos que puedan sufrir sus exportaciones petroleras.
En medio de los colosos petroleros aparece en menor grado Colombia, que en estos momentos lleva casi un año produciendo un poco más de un millón de barriles de crudo, por lo que de sus ingresos por las exportaciones más del cincuenta por ciento corresponde a ese rublo, con un total a diciembre del año pasado de $31 billones. Colombia debe poner “las barbas en remojo” por las alteraciones que pueda sufrir por cuenta de una cierta volatilidad del mercado internacional. Al iniciar el año es de recordar que nuestra producción depende en su mayoría del crudo pesado y extra pesado, lo que ha facilitado que una empresa como Pacific Rubiales obtenga tanto éxito en el relativamente poco tiempo que lleva trabajando en el país.
El año arrancó con las noticias que indican una fuerte caída por cuenta del anuncio de Libia sobre la recuperación de su industria petrolera, lo que coincidió con el hecho de que a pesar de las tormentas que se han presentado en los Estados Unidos, esos temporales no afectaran el suministro de combustible por cuanto existen reservas suficientes acumuladas y no necesitan salir a comprar más petróleo en el exterior. Los analistas consideran que los acuerdos internacionales con Irán facilitarán que ese país aumente pronto la producción y comercialización de crudo, al tiempo que Rusia ha rubricado importantes acuerdos con China para abastecerla del preciado recurso. Esto no quiere decir que los mercados deban temblar por las oscilaciones del precio del petróleo pero si deben tener muy en cuenta la postura de Estados Unidos y Colombia, ocuparse de ganar nuevos clientes.
No es de sorprender que el precio de la acción de Ecopetrol presente una caída, teniendo en cuenta la situación no sólo internacional sino doméstica, puesto que no hemos encontrado un solo pozo comparable al de Cusiana en los últimos años; lo que se explota actualmente en su mayoría son pozos residuales, los cuales habían sido en algunos casos abandonados por multinacionales o mantenidos como de reserva, pero que después de un tiempo de explotación se acaban. Se especula también que la acción de Ecopetrol estaba sobrevalorada, en especial por la expectativa de nuevos hallazgos petroleros importantes, que, por ahora, infortunadamente no han aparecido. En el caso que en algunas zonas donde está haciendo sísmica Ecopetrol aparezca un gran pozo, naturalmente, la acción se dispararía. Entre tanto, es preciso hacer un gran esfuerzo para invertir con sabiduría y eficacia los recursos regalías.