Polémicas y desafortunadas, por decir lo menos, las declaraciones del ministro de Salud en torno a que los colombianos habrían sido utilizados como una especie de ‘conejillos de indias’ para probar la eficacia de las vacunas contra el Covid-19.
Viniendo no solo de quien ocupa la cartera de Salud, sino que, además, es médico profesional, las afirmaciones del ministro sobre un “experimento internacional” con estos biológicos resultan muy graves, al punto que algunos expertos las tacharon de delirantes e incluso irresponsables.
No hay que olvidar que la pandemia cobró la vida de más de 142.000 personas en nuestro país, un saldo muy alto y doloroso. Sin embargo, una cantidad muy grande logró superar el embate pandémico. De hecho, las estadísticas señalan que el virus fue confirmado en más de 6,3 millones de colombianos, aunque la cifra es mayor por cuenta de las personas que, aunque se contagiaron, fueron asintomáticas.
Contra la tesis del actual ministro de Salud hay múltiples evidencias científicas. Las vacunas que se aplicaron en nuestro país recibieron un primer visto bueno de las agencias sanitarias de Estados Unidos y la Unión Europea. También fueron revisadas por el Invima en nuestro país y las estadísticas sobre personas que lograron superar el virus y sus cuadros de enfermedades después de ser inmunizados son altamente positivas. Los estudios de seroprevalencia así lo demuestran.
El desarrollo rápido de las vacunas no solo evitó que la pandemia diezmara a la población mundial, sino que está considerado entre los hitos científicos más importantes de las últimas décadas. De hecho, en octubre pasado la bioquímica húngara Katalin Karikó y el investigador estadounidense Drew Weissman ganaron el Premio Nobel de Medicina por sus descubrimientos sobre el ARN mensajero que abrieron la vía para el desarrollo de las revolucionarias vacunas contra el Covid-19. Los científicos “contribuyeron al desarrollo a un ritmo sin precedentes de una vacuna durante una de las mayores amenazas para la salud de la humanidad en los tiempos modernos”, indicó el jurado.
Igualmente, las afirmaciones del ministro se estrellan contra los informes de la Organización Mundial de la Salud y otras instancias que han reconocido que el plan de contingencia aplicado en Colombia contra esta emergencia sanitaria no solo fue de los más acertados, sino que incluso fue puesto como ejemplo a nivel global.
Más allá de la forma en que luego se quiso matizar las declaraciones del ministro, resulta claro que fue un ‘descache’ muy grave, incluso contagiado por una óptica política e ideologizada radical.