El sector petrolero aseguró que si los proyectos entran a etapa comercial necesitarán una inversión de 5 mil millones de dólares al año.
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600 millones de dólares anuales será la inversión necesaria para llevar a cabo los pilotos de fracking, según el sector petrolero.
Esta inyección de dinero será una vez el Gobierno entregue los protocolos y reglamentación para iniciar los proyectos y sería por los primeros años.
Si esos pilotos se llevan a etapa comercial, las inversiones serán de US 5.000 millones de dólares al año, pero podrían implicar un enorme incremento en producción.
"Una vez estemos en etapa de producción a la vuelta de unos años, puede requerir una inversión de 5 mil millones de dólares al año", explicó Francisco Lloreda, presidente Asociación Colombiana de Petróleo, ACP.
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Los pilotos de investigación y desarrollo, a los que el Consejo de Estado les dio vía libre, se realizarían en las zonas de Magdalena Medio y la cuenca Cesar- Ranchería. La industria espera que el próximo año se puedan realizar las primeras obras en terreno.
Ismael arenas, presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros (Aciem), aseguró el objetivo es demostrar la viabilidad de la tecnología y descubrir la forma en que se puede aplicar de manera responsable.
Por su parte, el presidente de la Asociación Colombiana de Ingenieros de Petróleo (Acipet), Carlos Leal, afirmó que los profesionales de esta industria han estado preparándose para este hito por años.
El Consejo de Estado autorizó los proyectos piloto pero también advirtió que tanto el Estado como las operadoras y las universidades e institutos de investigación “necesitan combinar esfuerzos para generar el conocimiento necesario de todas las variables geocientíficas, así como un adecuado monitoreo, que permitan gestionar y reducir los riesgos ambientales y cuantificar los efectos reales de la actividad en la región, y realizar modelos propios. En este sentido, es estratégico el desarrollo de proyectos piloto científicos que garanticen de primera mano información para construir y alimentar modelos hidrogeológicos regionales y evaluar con más detalle, por ejemplo, el impacto de la sismicidad inducida, entre otras áreas del conocimiento”.