Director de Defensa Ciudadana plantea reformar el régimen para el Presidente como mensaje de igualdad
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué lecciones puede aprender Colombia de la discusión sobre la reforma pensional en Francia?
ÓSCAR IVÁN PALACIO: Francia es cuna de la revolución, es un país moderno, evolucionado. Es un país generoso con los trabajadores, sindicatos y libertades y en ese escenario hay 45 regímenes especiales de pensión: ¡Es una locura! Hay de músicos, artistas, veteranos, médicos, pilotos, empleados públicos. Eso hay que recogerlo en tres o cuatro máximo.
La disimilitud hoy en día es un problema grave. Debe haber un acercamiento a la igualdad y sobre todo un empoderamiento por parte del Estado y de la sociedad para una realidad: el mundo está envejeciendo. Y en América Latina está envejeciendo en la pobreza.
Para eso se necesitan acuerdos de la sociedad para enfrentar ese fenómeno. A diferencia de Francia, Colombia tiene tres regímenes especiales: el régimen común, el de Fuerzas Militares y maestros, y el de Presidente que afecta a 15 personas.
ENS: ¿Hay que revisar esos regímenes en Colombia?
OIP: En Colombia hay tres regímenes. El de los presidentes hay que llevarlo al régimen común, pero no porque queramos quitar una prebenda sino como un mensaje a la nación: el Presidente, el primer ciudadano, convoca la igualdad.
Es impensable una reforma pensional seria, de gran envergadura para Francia que es un país desarrollado, o para Colombia que es una economía intermedia donde el 80% de la población jamás va a conocer una pensión. Un acuerdo con todos los actores políticos, con Petro, Uribe, Claudia López, los verdes, los liberales, los sindicalistas, los desempleados para hacer de esto un problema a enfrentar de modo nacional.
ENS: ¿Qué elementos debe tener una reforma pensional para nuestro país?
OIP: Los colombianos estamos viviendo 17 años más de los que vivíamos en 1967. Una verdadera reforma pensional para hacerse más sostenible y para ampliar la cobertura necesita tres factores, que son muy duros: tocar la edad, al menos la de la mujer. Otro más duro, tocar la cotización, al menos por parte del empleador, y se necesita tocar la tasa de retorno de las pensiones.
Como eso no se va a dar en Colombia porque el Gobierno ya lo ha dicho, se van a hacer unos ajustes para mejorar cobertura con la manida denominación de protección a la vejez. En Colombia hay 3 millones de personas que jamás van a tener una pensión. De los 8 millones de cotizantes, de cada 10 se va a pensionar uno.
ENS: ¿Qué se debe hacer para mejorar la cobertura?
OIP: La verdadera reforma pensional en Colombia debe mirar a la cobertura, que hoy está en el 25% de personas con posibilidades reales de pensionarse. Y en menos de 12 años va estar en el 10%. Los colombianos hoy están trabajando para no pensionarse. Este es un drama en un país que empieza a envejecer. Hay un 13% de la población que tiene más de 60 años.
Proponemos cuatro puntos. Primero, reformar la pensión familiar aprobada hace siete años que fue creada para 400.000 pensiones de un mínimo para beneficiar a hogares pobres. Hay apenas 800, menos del 0,1%, porque por un artículo para otorgarla se necesitaban 400 semanas cotizadas cada uno antes de los 45 años. Eso fue burlarse de la ley.
Segundo, establecer la pensión asistencial, que es un mejoramiento del auxilio del adulto mayor. Está dirigido para mayores de 65 años. Se les entrega una pensión no contributiva que nunca sea inferior a la línea de la pobreza monetaria, $250.000. Priorizando a los más pobres en la etapa inicial, la gente del campo y las personas con discapacidad.
Tercero, los Beps son interesantes. Pero obviamente si la gente cumple los Beps el Estado tiene que garantizarle que lo que le van a entregar nunca sea inferior a la línea de la pobreza. Estoy de acuerdo también con que el Gobierno demore la facilidad con que los pobres de Colombia, que hoy no se están pensionando, retiren sus ahorros de Colpensiones o de los fondos privados.
Y otro mecanismo: toda persona que reciba un auxilio de pensión de este tipo tiene que estar integrado con las entidades territoriales en programas de integración social, en educación, recreación, para que sea una vejez proactiva y dinámica. Quien reciba una pensión asistencial o un auxilio este también debe ser incompatible con cualquier otro auxilio.