El constructor automotor francés Renault entró en números rojos en 2019 por primera vez en diez años, al registrar una pérdida neta de 141 millones de euros (155 millones de dólares), según un comunicado este viernes del grupo.
En un contexto de mercado mundial del automóvil en dificultades, Renault ha sufrido además un retroceso de su volumen de negocios del 3,3% a 55.500 millones de euros (60.000 millones de dólares), lo que mermó su rentabilidad.
Para 2020, el grupo francés anticipa una nueva baja de sus beneficios, y un volumen de negocios de la "misma magnitud" que el de 2019.
La previsión "para 2020 es muy limitada debido a la volatilidad que se espera en los mercados (...) y por los posibles impactos (económicos) del nuevo coronavirus" surgido en China, declaró Clotilde Delbos, directora general interina, citada en el comunicado.
Renault había anunciado en enero un retroceso del 3,4% de sus ventas en 2019, a 3,75 millones de vehículos.
Renault también ha sido víctima de una merma de la contribución financiera de su aliado Nissan, que se redujo a 242 millones de euros (262 millones de dólares) contra 1.510 millones en 2018. Un 43% de Nissan está en manos del grupo francés.
Es la primera vez desde 2009 que Renault está en números rojos en sus resultados anuales. Entonces, en plena crisis financiera, había registrado una pérdida de 3.100 millones de euros (3.360 millones de dólares).
La detención del máximo dirigente de Renault-Nissan, Carlos Ghosn, en Japón en noviembre de 2018, debido a acusaciones de malversación por parte de dirigentes del grupo japonés, había sumido a esta alianza franco-japonesa en una grave crisis.
Ghosn está ahora refugiado en Líbano tras haber huido de la justicia japonesa.
La acción de Renault ha caído en casi la mitad en un año y se halla actualmente en su nivel más bajo en diez años.