Los niveles de producción petrolera en el país han iniciado una fase de reactivación congruente con la que vive el resto de la economía colombiana. Los proyectos de optimización de la producción y puesta en pozos cerrados, le representaron al país en octubre un incremento del 3% con respecto al mínimo alcanzado en mayo.
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Señala un informe de Campetrol que durante el tercer trimestre del año se ha recuperado gran parte de la demanda de combustibles líquidos, lo cual le ha permitido a la Refinería de Cartagena volver a sus niveles normales de operación, y así mismo, alcanzar un máximo de carga de crudo colombiano, hecho que aumenta el margen financiero de la refinería.
De igual forma, la demanda de gas natural se ha estabilizado en niveles cercanos a los experimentados en los últimos años, siendo esto un indicador de la reactivación de la economía.
Cabe resaltar que para octubre de 2020 se observó una producción de 751.100 barriles de petróleo diario, lo cual evidencia una recuperación de 3% en relación al mínimo alcanzado de 730.000 en el mes de mayo. Esta reactivación ha sido principalmente por los campos Chichimene y Rubiales, en el departamento del Meta, Chipiron en Arauca, junto a Tigana y Tua en Casanare
En este trimestre la Refinería de Cartagena mostró una operación estable y el regreso a los niveles precovid-19. Adicionalmente, Reficar reportó el mayor uso de combustible nacional desde su puesta en marcha, llegando en septiembre a ocupar el 100% de su carga.
También, la Refiniería de Barrancabermeja mostró unos niveles de operación acordes a la demanda del país, y se realizaron actividades de mantenimiento en la Unidad Prime G y Azufre IV.
Recuperación
Para el mes de octubre la carga fue de 388.600 barriles diarios, lo cual representa una recuperación del 50% con respecto a la carga alcanzada en abril, la menor del año
En la medida que las compañías de petróleo y gas sigan manteniendo la tendencia al alza en la actividad, será posible observar la vuelta a los máximos de consumo de gas que se obtuvieron en 2019.
También surgen las oportunidades como planes de exploración, el aprovechamiento de los yacimientos no convencionales, con previa puesta en marcha de los programas pilotos y la Ronda de Campos de Ecopetrol, le permitirán al país poder desarrollar sus fuentes disponibles de incorporación de reservas. Sin embargo, será necesario intensificar la actividad exploratoria a través de políticas públicas que le permitan a Colombia extraer todo su potencial en el largo plazo, para así extender el precario horizonte de autosuficiencia energética, en términos de petróleo y gas, que le queda al país.
Sin duda el sector petrolero y la economía colombiana han tenido que enfrentar dos choques que amenazan su estabilidad en el corto y mediano plazo. Lo que pintaba como un año bastante prometedor, se convirtió, en pocos meses, en una crisis de proporciones nunca antes vistas. La caída en los precios del crudo y el covid-19 borraron toda esperanza de un 2020 que sobrepasara, en términos de actividad y de resultados, a 2019.
Industria
Con la crisis, la industria del petróleo y gas, al igual que muchas otras, tuvo que reinventarse. Sin embargo, el fuerte impacto en los precios del crudo generó unas perspectivas aún más pesimistas con respecto a la reactivación del sector petrolero colombiano en el corto y mediano plazo.
A pesar de los pronósticos negativos que se llevaron a cabo en los primeros meses del año, en el tercer trimestre se empezó a evidenciar un rebote en la tendencia bajista que mostraba la actividad en el país.
La apertura de los grandes comercios y las menores restricciones a la movilidad, impulsaron a que la demanda interna empezara a reactivarse nuevamente. En línea con lo anterior, y con la ayuda de los mejores niveles de precios, algunos segmentos a lo largo de la cadena de valor del sector petrolero colombiano retomaron sus operaciones.
En consecuencia, los indicadores económicos y de industria parecen empezar a dar signos de recuperación. Si bien, los niveles registrados en los últimos meses continúan muy por debajo a lo evidenciado durante 2019, la tendencia al alza empieza a consolidarse con claridad, tanto en los índices de actividad del sector, como en su participación en la economía colombiana.