Puja salarial: un laberinto sin salida | El Nuevo Siglo
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Sábado, 7 de Diciembre de 2019
Redacción Economía

En medio de las negociaciones en la Mesa de Concertación Laboral y Salarial, la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo) sentó su posición y dio a conocer sus recomendaciones frente al tema.

La entidad señaló que es necesario que el incremento salarial se base en la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) o inflación y la productividad del país, registrados durante el presente año.

El centro de estudios prevé que este año el costo de vida de los colombianos se ubique en el 3,9%, por su parte la productividad creció un 0,21% este año, según informó el DANE, por lo que la recomendación de Fedesarrollo es que el mínimo crezca entre un 4,2% y un 4,5% para 2020.

Es decir, que el salario mínimo, que actualmente se ubica en los $828 mil, aumentaría entre $35 mil y $37 mil, el próximo año.

El director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, dijo que “hay que tener cuidado con aumentos desbordadas del salario mínimo, hemos visto en el análisis de este año que ha aumentado el número de trabajadores  informales, seguramente por el alza que tuvo el salario mínimo. Hay que tener cuidado y garantizando los elementos de costo de vida y de costo laboral”.

Las barreras

El experto señaló que un aumento ‘desbordado’ del salario mínimo puede generar más barreras para que los colombianos puedan obtener un trabajo formal y resaltó que actualmente el 53% de los ciudadanos trabajan de manera informal.

Agregó que es necesario entender la coyuntura social y las demandas que tienen varios sectores, pero señaló que el Gobierno nacional debe tener cuidado para no caer en un
“populismo económico”.

“Esto no le hace bien al país, hay que tener una discusión concertada pero razonable dentro de la productividad y la inflación, porque de otra manera esto va a generar problemas para los informales que son la mayoría de los colombianos”, aseguró Mejía.

Las centrales obreras y el sector empresarial iniciaron formalmente las negociaciones en la Mesa de Concertación Salarial, para definir el porcentaje de incremento de la asignación mínima. El encuentro giró en torno al índice de productividad en el país que fue presentado por el DANE.

Sin embargo, la cifra de productividad multifactorial de 0,39% negativa generó las primeras diferencias entre las centrales obreras y el Gobierno. El dato presentado por la entidad de estadística desató las discusiones al interior de la Mesa, luego de que los sindicatos rechazaran la cifra de productividad.

Una subcomisión técnica del Gobierno, el DANE y los sindicatos adelantaron una nueva evaluación del dato para verificar un posible error en el cálculo teniendo en cuenta que, según la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), se cambió la metodología.

El viernes en la tarde, se conocieron las posturas del mercado laboral por parte del DANE en que se expuso que el desempleo está en 10,4% y del rumbo de la inflación expuesta por el Banco de la República, que este año puede terminar en 3,9% y el próximo podría subir al 4%.

Las decisiones

Respecto a las negociones, varios expertos y analistas han coincidido que los salarios siempre deberían aumentar acorde con el nivel de precios y con la productividad. Entonces, si se hace un aumento de salarios por debajo de la inflación esperada esto genera la pérdida del poder adquisitivo, principalmente en las personas con ingresos bajos.

Sin embargo, este año algo cambiará en la manera en que se determinan las cifras sobre las que se cimentará el salario, pues a diferencia de años pasados, no será el Departamento Nacional de Planeación (DNP) quien entregue las cifras de inflación y productividad, sino el DANE.

En este sentido, varios investigadores consideran que el DANE es una institución más descentralizada e independiente, mientras que el DNP podría ser más influenciado por posturas políticas.

El factor de productividad, hasta lo que va del año, estaría en el orden del -0,39%, lo que restaría al aumento previsto para el próximo año.

Previsiones

La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF) considera que el incremento “no debería desbordar el 4,5% para 2020”, un 1,5% más bajo que el del año pasado que fue de 6% y para el profesor, este año podría estar por el orden del 5%.

“Si bien las cifras de productividad que se presentan no son muy positivas, los trabajadores darán una dura pelea por demostrar que no es culpa de ellos, muy seguramente aducirán al cierre de la Vía al Llano, al paro y a otros factores para demostrar que la productividad sí fue positiva y con una inflación que creo yo cerraría este año por el orden del 3,8 o 3,9%, la negociación sí debería estar por el 5%”, apuntó la asociación.

De otro lado lo que se está primando en las conversaciones es el ambiente del paro y la inconformidad ciudadana, que podría evocar un poco más de lo esperado.

La ministra del Trabajo, Alicia Arango, dijo que el Gobierno nacional tiene la mayor voluntad para ayudar a los trabajadores. “Empezamos un ciclo muy importante para el país referente al año entrante. Lograr acuerdos es tener voluntad política”, agregó.

La funcionaria explicó que hay inquietudes de algunos integrantes de la mesa con respecto a la metodología que se usó para sacar la cifra de productividad por parte del DANE.

Para Julio Roberto Gómez, presidente de la Confederación de Trabajadores de Colombia, “la productividad es muy importante para esta definición, pero, aunque va a ser un factor importante, no es el definitivo”.

Según Gómez, el mínimo es de carácter vital y la discusión debe girar en torno a eso, y que las centrales obreras planean dar una cifra unificada de lo que esperan que sea el incremento, para que la negociación se pueda hacer de manera más sencilla y clara.

El presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, señaló que “el incremento de este año debe tener en cuenta un aumento real del poder adquisitivo de los trabajadores, sin perjudicar la productividad y competitividad de las empresas”.

Por su parte, Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC), dejó claro que desde su gremio no planteaban ni pisos ni techos para el aumento del salario mínimo. Sin embargo, se refirió a la posición de los sindicatos con respecto a la negociación, teniendo en cuenta los ánimos caldeados debido al paro nacional.