Pese al incremento de recursos que tanto el Gobierno como el sistema financiero ha irrigado al mercado, continúa el cuello de botella en los bancos para el otorgamiento de créditos tanto a personas naturales como a empresas.
De acuerdo al último informe de la Superintendencia Financiera, con respecto a los factores que impiden o podrían impedir otorgar un mayor volumen de crédito al sector privado, los bancos y cooperativas continúan señalando que la capacidad de pago es el principal obstáculo, mientras que para las corporaciones financieras este componente ocupa el segundo lugar. Para estas, el elemento que más incide es la actividad económica del cliente, el cual registra un aumento de 30,3% desde la medición del trimestre pasado.
Indica el reporte que cuando se les pregunta a los encuestados cuáles fueron las modalidades de crédito en las que se presentó el mayor número de reestructuraciones, la mayoría de los establecimientos de créditos indicaron haberlas realizado para las carteras de consumo y comercial.
En contraste, en la cartera de vivienda esta práctica es la menos frecuente para bancos. Las corporaciones no reestructuraron ningún microcrédito y las cooperativas no tuvieron reestructuraciones en la cartera de vivienda.
Por otro lado, al preguntar a las entidades acerca de la participación de préstamos reestructurados en el saldo total diferenciando por tipo de cartera, se observa que las carteras de vivienda y microcrédito no presentan reestructuraciones mayores al 5% según la mayoría de encuestados. Por su parte, las carteras de consumo y comercial presentan reestructuraciones superiores al 15% del saldo de cartera para algunos bancos y cooperativas.
La realidad
Por otra parte, indica la Superfinanciera que en agosto inició la implementación del Programa de Acompañamiento a Deudores (PAD), que busca reconocer la nueva realidad de su capacidad de pago, permitiendo ajustar las condiciones de sus créditos.
Merced a estos filtros que los bancos han realizado al crédito de las empresas, el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, dijo a EL NUEVO SIGLO que “en esta oportunidad fuimos muy cuidadosos en manifestarle al Gobierno la necesidad de habilitar que la banca realmente haga los desembolsos y por eso las garantías con que salió todo este nuevo paquete de líneas que fueron de 80 y 90%. Pensamos que con esas garantías altas y con estos cupos que el Gobierno ha sacado, la banca privada ya no tendrá excusa para no prestar al comercio porque el nivel de riesgo es mínimo”.
Asimismo, la entidad supervisora señala que la finalización de las medidas de contención no se ha traducido en un deterioro significativo de la cartera. De un lado, la cartera al día (aquella que registra mora menor o igual a 30 días) ascendió a $500.5 billones, lo que equivale a un crecimiento real anual de 5.4% y un 95.6% del saldo total.
De otro lado, la cartera vencida, es decir aquella con mora superior a 30 días, registró un saldo de $23.1billones, equivalente a una variación real anual de 3.6%. El incremento refleja que algunos deudores se acogieron a las medidas y continuaron experimentando dificultades para atender sus pagos.
Recaudo
No obstante, la dinámica del recaudo es positiva y revela que gran parte de la cartera que se acogió a periodos de gracia o redefiniciones retomó sus hábitos de pago conforme se ha venido produciendo el descongelamiento. La calidad por mora, medida como la proporción entre las carteras vencida y bruta, fue 4.4% para el total del portafolio.
A partir de la finalización de las medidas de contención este indicador ha retornado a niveles precovid (4.4% en febrero).
Como se había anticipado en el reporte de julio, conforme se produzcan vencimientos en los periodos de gracia y algunos deudores sigan experimentando dificultades en atender sus pagos, es natural ver un comportamiento al alza en el indicador.
En materia de castigos, aunque la incidencia relativa disminuyó frente a julio, es de esperar que en la medida en que se reduzca la incertidumbre frente al panorama económico, y por ende, las perspectivas sobre el mercado laboral, la tasa de castigos en carteras masivas se acentúe en los próximos meses.
En agosto, las provisiones totales evidenciaron la tasa de crecimiento real anual más alta de 2020 (14.8%), alcanzando los $35.4, de los cuales $6.3 billones correspondieron a las de menor riesgo.
El indicador de cobertura por mora, calculado como la relación entre el saldo de provisiones y la cartera vencida, fue 153.3%, es decir que, por cada peso de cartera vencida los bancos tienen cerca de $1.53 para cubrirlo.