La economía es cíclica: así como existen algunos momentos de prosperidad y crecimiento con mayor generación de empleo, acumulación de capital, ahorro e inversión, también existen épocas de vacas flacas, con caídas de las acciones en bolsas de valores, depreciación de activos, crisis, altas tasas de desempleo y, sobre todo, incertidumbre.
Sin embargo, tanto los picos como los valles, son periodos cortos en un círculo que transcurre con relativa calma.
Aunque se preferiría que los periodos de abundancia fuesen más largos y evitar las crisis, aún no se ha desarrollado un modelo que permita esto. Tan poco secuencial pueden ser estos ciclos, que aún hoy en día es muy difícil predecir cuándo ocurrirá una caída o en qué momento se recuperará la economía por completo.
Es por ello que los expertos, académicos y teóricos de la economía han propuesto diferentes modelos para medir los intervalos entre ciclos. Sin embargo, sigue sin ser una ciencia exacta.
Por el contrario, han sido tantos los intentos por medir las variables que permitan saber qué rumbo tomará la economía, que han surgidos algunos índices bastante particulares, extraños y exóticos, para ayudar a medir y a entender los fenómenos económicos.
Estos son algunos de ellos:
El índice Big Mac
Tal vez es el más conocido en el mundo, justamente tan famoso como la propia hamburguesa a la que le hace honor. Esta medida realizada por la revista The Economist, tiene como base la teoría de la paridad de poder adquisitivo, según la cual los tipos de cambio deberían ajustarse hasta igualar el precio de una misma canasta básica de bienes y servicios en diferentes países.
Para calcular el índice Big Mac se toma el precio de la hamburguesa en dos países distintos (cada uno en su moneda correspondiente) y se dividen entre sí. El valor se compara con cambio de divisas. Si el valor obtenido es menor, la primera divisa estará devaluada.
El indicador de los pintalabios
Tras los ataques terroristas del 11 de septiembre en Nueva York, el presidente de Estée Lauder Companies, Leonard Lauder, se dio cuenta de que su empresa vendía más pintalabios, sobre todo de color rojo.
Así que ideó una teoría en la que se explica que se puede conocer la situación de la economía dependiendo del nivel de compras de barras de labios.
De acuerdo con su tesis, cuando la situación económica no es muy favorable, se tienden a comprar más pintalabios y algunos otros lujos de bajo costo, en vez de pagar más por artículos como carteras o abrigos.
Durante la recesión de 2001, momento en que se formuló dicha teoría, las ventas minoristas de pintalabios aumentaron 11%. Es curioso, pero la compra de cosméticos había crecido durante la Gran Depresión, entre 1929 y 1933, y en la crisis inmobiliaria de 2008.
Pero como toda teoría, durante la pandemia del covid-19 esta se pudo refutar, ya que el encierro y el uso de tapabocas no favorecieron la compra de este artículo, aunque pudo haber aumentado la adquisición de alguno similar.
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Dobladillo de la falda
Tal vez es la teoría más antigua de este estilo que aún sobrevive. Hace casi 100 años, en la década de los 20 del siglo pasado, el economista George Taylor, de la Escuela de Negocios Wharton, relacionó el largo de la falta con los mercados bursátiles, una idea que se basa en que el largo del dobladillo de la falda de las mujeres puede ser un indicador del rumbo de la economía.
La tesis era simple: faldas cortas significan mercados al alza mientras que las faldas largas, caídas de la economía.
En esos años 20 predominaban las faldas cortas, pero con el crack del 29 se alargaron hasta los pies. Esta teoría se ha tildado como simple, pero el auge de las minifaldas de los años 1960 lo revalidó.
Además, un estudio publicado en 2010 en los Países Bajos por la Erasmus School of Economics puso a prueba esta tesis comparando los ciclos económicos con el largo de las faldas en el periodo 1921 y 2009. La conclusión es que las faldas sí reflejan el estado de la economía, pero que se anticipan unos tres años. Así que hay que poner atención a la moda para adelantarse a los cracks.
Ropa interior masculina
Alan Greenspan, jefe de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), fue el que planteó esta teoría.
Como se cuenta en la BBC, en 2008 Robert Krulwich, corresponsal de la cadena estadounidense NPR, explicó la teoría de Greenspan y detalló que las ventas de calzoncillos son un buen indicador económico pues su consumo suele ser bastante estable.
“Cuando llegan los tiempos duros, los hombres suelen posponer la compra de este artículo”, se señala.
"Si observan las ventas de calzoncillos, se ve una línea plana que casi nunca cambia. Pero en las pocas ocasiones en que baja, eso significa que los hombres están tan apretados que deciden no reemplazar la ropa interior. Y dijo que casi siempre es un tipo de profecía de que aquí vienen problemas", reveló Krulwich a NPR.
Corbatas de los ejecutivos
Este índice explica que cuando la economía va mal, los ejecutivos suelen comprar más corbatas, esto como señal del esfuerzo que están realizando por las dificultades económicas.
También explica que estas son más estrechas en tiempos difíciles y más brillantes en tiempos buenos al recuperarse el nivel adquisitivo.
Un ejemplo sucedió en Reino Unido en el año 2007, cuando aumentaron las ventas de corbatas y además, las ventas de corbatas estrechas, justo antes de la crisis económica mundial del 2008.
Otros indicadores
Uno de los indicadores más tristes: los accidentes en bicicletas. Cuando hay épocas de difíciles, el número de muertes en bicicleta aumenta, en cierta medida porque no hay dinero para medidas de seguridad y se aumenta el uso de este medio de transporte. En el Reino Unido, en 2011, las muertes en bicicleta aumentaron un 11%. Durante la Gran Depresión, las muertes de ciclistas aumentaron 58%.
Los rascacielos son otro indicador. Este índice vincula su construcción con el inicio de una crisis económica.
Formulado en 1999 por el economista británico Andrew Lawrence, este aseguró que buscó y encontró correlaciones entre la finalización de estas gigantescas estructuras y el inicio de una caída en la economía. Ejemplo: la finalización de la torre Chrysler y del Empire State en Nueva York durante la Gran Depresión.
La portada de la revista Sports Illustrated también se toma como indicador: de acuerdo a quién se escoja para la edición de verano dictará el rumbo de la economía estadounidense. Cuando en la portada aparece una modelo estadounidense, la economía podría ir bien. En 2011, cuando salió la rusa Irina Shayk, los mercados tuvieron bastantes dificultades.