Hoy empieza una nueva era en Colombia. Gustavo Petro llega al solio de Bolívar con un planteamiento político y económico abismalmente diferente al de anteriores mandatarios del país.
Un presidente que llega a afrontar las consecuencias de una de las mayores pruebas que ha tenido que afrontar la sociedad moderna, la pandemia del covid-19. Consecuencias que sobre todo frenaron el ritmo del crecimiento económico que tenía el país y que había sido constante durante todo el siglo XXI.
Aunque antes de la llegada de este coronavirus, y durante el primer año y medio de gobierno de Iván Duque, el país ya presentaba rezagos en las efectivas políticas económicas y empezaba a abrir un hueco, este no se podía imaginar del tamaño que llegaría a ser.
Ahora, con un país inmerso en un proceso de inflación global, altas tasas de interés en el mundo, riesgo de recesión de las principales potencias económicas, aunado a un desempleo de dos dígitos, la pérdida del grado de inversión por parte del gobierno Duque y una población de cerca de 20 millones de personas en la pobreza, la gestión que tendrá que afrontar el nuevo presidente es enorme.
Para conocer a profundidad estos desafíos, EL NUEVO SIGLO habló con Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo y una de las personas que más conoce sobre la dinámica económica del país.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuáles son los retos que va a afrontar el presidente Petro en materia económica desde hoy?
LUIS FERNANDO MEJÍA: Tal vez el primero y uno de los más importantes en la agenda, que ya han anunciado tanto el Presidente como el ministro de Hacienda, es la necesidad de una nueva reforma tributaria para completar el ajuste fiscal.
El año anterior nosotros fuimos enfáticos en decir que el ajuste que ha hecho el gobierno actual a través de la reforma que se aprobó, era un paso importante pero no definitivo, y el año entrante iba a tener como principal tarea justamente la aprobación de una nueva reforma tributaria.
El panorama gris
ENS: Entonces ¿cuál es el panorama fiscal?
LFM: Las cifras digamos son bastante contundentes en materia fiscal, en materia, por ejemplo, del rendimiento que está pagando actualmente los títulos del tesoro. Es decir, el costo del endeudamiento para el Estado ha subido sustancialmente y hoy en día supera el 12% a 10 años, cuando hace dos años estaba alrededor del 6%.
El déficit fiscal que este año contó con el gobierno está bien de 5,6%. Nuestros cálculos indican unas cifras más cercanas al 6%, pero serían tres años consecutivos con un déficit superior al 6%.
Una deuda pública que este año cerró en valores cercanos al 59%.
Además, aunado a la pérdida del grado de inversión, obviamente todo esto genera un panorama fiscal bastante complicado, en donde el espacio para el nuevo Gobierno de aumentar el gasto realmente es muy limitado y por eso creo que va a ser uno de los retos primordiales de corto plazo que enfrentará.
ENS: ¿Cuál es el segundo trabajo en materia económica?
LFM: El segundo es complementario con lo anterior, tiene que ver también en materia económica con la evolución del mercado laboral, que ha sido bastante más lenta que la recuperación de la actividad económica. Nosotros hemos hablado justamente de que el ritmo de recuperación de la actividad productiva y en recuperación del empleo no es igual, y es lo que pasó con el último dato que ha publicado el DANE, para el mes de julio el desempleo del 11,7%, que aumentó en términos desestacionalizados frente a las cifras anteriores.
Colombia, a pesar de que ya está en niveles de actividad superiores a la prepandemia, todavía tiene un desempleo de dos dígitos, muy por encima de lo que tuvimos, especialmente en el 2017 y en el 2018.
Así que creo que el gobierno debería implementar medidas de choque para acelerar esa recuperación del empleo, porque además recordemos que el empleo es la fuente primordial del ingreso de los hogares y si no se recupera el empleo a los niveles prepandemia, pues obviamente va a ser muy difícil retornar a los niveles de pobreza que teníamos antes de la pandemia.
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ENS: ¿Y en la tarea de la inflación?
LFM: Aunado a lo anterior, el tercer punto es la inflación, que es un tema en el que obviamente se requiere este cambio en la nación en la parte fiscal y la parte monetaria que está a cargo el Banco de la República, pero es una muy mala noticia lo que pasa en julio, en donde la tasa es del 10,2% y que en alimentos se acerca el 25%, y obviamente es un impacto bastante grande en el bolsillo de los hogares, especialmente los más pobres.
Ahí seguramente se tendrán que presentar algunas medidas, especialmente de abaratamiento del costo de producción de alimentos y otras medidas complementarias que serán muy importantes.
Así que esos tres temas son los que veo a muy corto plazo: tributario, empleo e inflación, y seguramente el gobierno también tendrá retos importantes en materia de impulsar el crecimiento económico y aumentar las exportaciones, ya pensando más en la agenda del Gobierno de los cuatro años.
Más recursos
ENS: Para eso se necesita plata y el gobierno ha dicho que la administración Duque dejó la olla raspada, entonces, ¿sí alcanzará la tributaria?
LFM: Una precisión es que si bien el impacto en el pago de las declaraciones de renta se vería hasta el 2024, en el 2023 entrarían los efectos a través de las retenciones del pago anticipado de renta, que hace parte también importante de ese recaudo anual. Es decir, no todo el pago de renta se hace en el año siguiente al año gravable, especialmente en la parte de empresas; un componente no despreciable se hace a través de pagos anticipados, entonces también tienen parte importante eventualmente en la reforma.
Lo que entre por la tributaria
ENS: ¿Cuánto podría recaudar la reforma?
LFM: Con los anuncios que se están haciendo, al menos no se conocen todavía los detalles sino los lineamientos generales, creo que es una reforma que no va a recaudar más de 2 puntos del PIB, siendo bastante optimistas. Obviamente una parte importante tendrá que venir de la gestión de evasión, pero en lo que tiene que ver con cambios, ya sea de tarifas de impuestos o de base gravable, no vemos algo superior a 2 puntos del PIB.
Eso también es importante porque le ayudará a complementar el ajuste fiscal, pero le pone un coto, un límite a ese espacio adicional de gasto que seguramente querrá tener el nuevo gobierno, un espacio muy limitado en donde habrá que hacer algo. Pero seguramente lo más importante tiene que ver con las reasignaciones presupuestales, eficiencias al interior del presupuesto, asignaciones a través de las prioridades del nuevo gobierno y por supuesto el Plan Nacional de Desarrollo que tendrá que discutirse y aprobarse en este primer año de gobierno.