El secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, considera necesario un alivio de la deuda en los países de América Latina, en el contexto de la pandemia de COVID-19, así como mayores fuentes de financiación.
Así lo ha manifestado Gurría en la videoconferencia organizada por el banco de desarrollo de América Latina (CAF) con motivo de su 50 aniversario, en la que ha participado con otros ponentes como el premio Nobel de Economía Joseph E. Stiglitz; la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, o el ex secretario general Iberoamericano y expresidente del BID, Enrique Iglesias.
Gurría ha explicado que el problema de la petición de alivio de deuda por parte de los países americanos se juntaría, al mismo tiempo, con la solicitud de nuevos préstamos por parte de los mismos en la crisis actual. Además, el secretario señala que las autoridades todavía no saben cuánto va a suponer de coste la pandemia ni los escenarios que derivarán de ella, por lo que la recuperación en la región será en forma de U.
"Estamos hablando de unas cantidades que nos van a dejar hablando de deuda que cuando queramos despegar vamos a encontrar que tenemos las alas un poco pesadas, que necesitamos una pista de despegue más larga y tenemos que ponerle más fuerza en los motores. Porque el peso de Gobierno, empresas y hogares va a ser mas difícil la recuperación creemos que la recuperación va a ser en forma de U, particularmente en países como América Latina", ha añadido.
Por otro lado, Gurría ha indicado que no existe un dilema entre la vida y la economía en esta crisis, puesto que lo más importante es "ganarle la batalla" a la enfermedad lo antes posible para que se vuelva a reactivar la actividad económica. "Mientras más rápido terminemos con el virus obviamente el costo de la recuperación será menor y las consecuencias en términos de desempleo serán también menores", ha agregado el secretario.
Al mismo tiempo, el secretario de la OCDE ha destacado que el papel de los bancos de fomento, como CAF o el BID, "es fundamental", ya que cubre muchos espacios que la banca de mercado no cubre en nuestros países. Además, ha explicado que la crisis ha acelerado problemas que ya estaban presentes antes de la COVID-19, como es el caso de los bajos precios de las materias primas o los problemas de productividad en Latinoamérica.
"Nunca es bueno que aparezca un enemigo como este, tan letal, tan contagioso, pero en el caso de América latina llegó en un momento particularmente difícil y mostró que tan mal preparados estamos", ha apostillado el secretario.
Gurría también ha repasado la posibilidad de futuros descontentos sociales en la postpandemia en el caso de que se deje fuera de la recuperación a varios sectores de la población. "Antes de la COVID-19 había llamaradas de descontento en varios de nuestros países, porque en lo que entonces parecía una recuperación habíamos dejado a mucha gente afuera", ha remarcado, advirtiendo de que este tipo de sucesos pone "en serio peligro" a las democracias latinas.
Por su parte, la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, ha destacado que, frente a la crisis financiera de 2008, esta no es una crisis bancaria, puesto que se ha parado toda la actividad económica, y no solo afecta a un sector en concreto.
En este contexto, Bárcena ha recordado la idea de la CEPAL de crear un ingreso básico de emergencia por una línea de pobreza, que es de unos 140 dólares (123 euros) mensuales para la población más vulnerable durante seis meses en Latinoamérica y el Caribe. La secretaria también ha alertado sobre los problemas que generará la pandemia en varios países, con un aumento de la pobreza generalizado en más de 200 millones de personas y una tasa de informalidad superior al 50%.
Además, también ha subrayado que serán necesarias subvenciones temporales a las microempresas y pequeñas empresas para mantener el tejido empresarial en estos países. "La banca de desarrollo tiene que fomentar esto", ha indicado Bárcena, a lo que también añade que se deben encontrar soluciones para aumentar el espacio fiscal de los países, desarrollar un sistema de bienestar y disminuir la desigualdad en la que es "la región más desigual del mundo".
Respecto a la situación de los países caribeños, Bárcena ha apuntado que se necesita un trato especial de la deuda, ya que han sido unos de los más afectados durante la crisis por el parón en el turismo y la caída en los flujos de remesas, a lo que se añade el alto nivel de deuda de muchos de ellos y los frecuentes desastres naturales, como las temporadas de huracanes.
Por su parte, el exsecretario general Iberoamericano y expresidente del BID, Enrique Iglesias, ha destacado la necesidad de conceder más capital a los bancos de desarrollo en una etapa en la que el mundo está poniendo a prueba sus relaciones multilaterales.
Por último, el presidente ejecutivo de CAF, Luis Carranza, ha resaltado que América Latina tiene un problema de productividad, así como brechas de infraestructura y desigualdad. Además, Carranza ha advertido de que la pandemia pondrá en riesgo muchos avances que la región ha logrado en las últimas décadas.
En este marco, Carranza ha destacado que este año CAF ha duplicado los desembolsos a los gobiernos centrales para hacer frente a las necesidades de financiamiento, con una financiación récord de 16.000 millones de dólares (14.107 millones de euros). Al mismo tiempo, ha anunciado la creación de un fondo, que se constituirá en los próximos meses, para financiar infraestructura de integración y digital en Latinoamérica, a través de bonos al mismo coste que otros países más desarrollados.