Diego Julio Urán Arcia, nació en Ciénaga de Oro, Córdoba, y con mucho orgullo le dijo a EL NUEVO SIGLO que hace parte de la tercera generación de su familia en desarrollar el arte de la filigrana, una actividad ancestral que consiste en elaborar delicadas joyas con hilos de oro, plata u otros materiales.

El papa de Diego se llamaba Juan Hermenegildo Urán y aunque aprendió el arte de manera empírica, le fue a enseñando a sus hijos el arte.

“Él no estuvo maestro quien lo guiará. Aparte de todo, en ese tiempo se trabajaba la joyería con soplete de boca, ni siquiera con soplete que tiene gasolina. Actualmente se está grabando con soplete de otros gases, pero él se inició con el soplete de boca, lo cual era muy complicado, es decir para una persona soldar una pieza o para hacer una cadena había que tener mucha resistencia”, aseguró.

Con más o menos ocho años, Diego le ayudaba en lo que podía a su padre. Luego fue pasando el tiempo y él se fue convirtiendo en un profesional de la filigrana. Ahora con 68 años, Urán reconoce que mantener su arte ha sido una tarea difícil, no obstante, él y su familia tienen una pequeña ventaja frente a otros orfebres, pues construyeron el escapulario que le regalaron al papa Francisco cuando vino a Colombia en el 2017.   

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Cuando Urán se enteró que el sumo pontífice venía al país decidió que iba a ser él, el artesano que diseñara uno de los recuerdos de su estadía en Colombia, fue entonces cuando se le ocurrió hacerle un rosario en filigrana.

Artesanías

Para ese mismo tiempo los trabajadores de Artesanías de Colombia estaban en Ciénaga de Oro y tras conocer la intención de Diego de regalarle el rosario al papa, lo visitaron. “Yo les mostré el rosario y me dijeron que si les daba permiso para tomarle fotos. Le tomaron entre 40 y 50”.

Durante más o menos dos meses y medio y con alrededor de 2.600 piezas en plata, Urán construyó el delicado accesorio religioso con la ilusión de entregárselo él mismo a el papa, no obstante, por seguridad del sumo pontífice no fue posible y le tocó vendérselo a la Presidencia de la República por un valor aproximadamente de 6 millones 500 mil pesos.

“Ese rosario empecé a elaborarlo por mi cuenta y duré más o menos dos meses elaborándolo porque es una pieza grande. Para armarlo se necesitaron alrededor de 2500 – 2600. Un hermano me colaboró en la fundición de los materiales, pero el relleno y el armado del rosario como es un trabajo muy delicado y con mucha estética, ese lo hice yo solo”, contó.

Pese a que el artesano se quedó con el sin sabor de conocer al sumo pontífice y entregarle en sus manos el rosario, le quedó la satisfacción de que la pieza fue elaborada por él y su familia, en su natal Ciénaga de Oro.

Cabe resaltar que, el papa Benedicto XVI también tiene un rosario elaborado por Diego Urán, pues cuando el alcalde de Fortul, Arauca, fue a visitarlo hasta Roma como pago de una promesa por un favor recibido, este le llevó como presente una pieza elaborada en la filigrana por el cienagadorense.

Estas dos piezas son quizás de las más importantes en la trayectoria de Urán y su familia; sin embargo, recuerda que su padre también realizó importantes piezas cuando realizaban el reinado de la Ganadería en Córdoba, pues en varias ocasiones elaboró las famosas de la ciudad que les entregaban a las candidatas.

En la actualidad

Al hablar en general de las piezas que Diego elabora, asegura que le gusta trabajar con plata y oro, no obstante, también depende de lo que pida el cliente.

Según Urán, la filigrana e incluso la joyería se está perdiendo, panorama que, según él, se debe a que el precio del oro está muy alto y la inseguridad hace que las personas se abstengan de adquirir accesorios costosos por miedo a ser robados.

En estos momentos, el arte que durante 60 años Diego ha realizado, se está viendo poco apetecida en Córdoba; sin embargo, reconoce que Expoartesanías es un gran trampolín para el mercado, pues es un espacio donde nacionales y extranjeros compran gran cantidad de productos.

Así mismo, este cienagadorense agradece las oportunidades de esta feria artesanal, pues recuerda que, con ayuda de los organizadores, en 1995 fue a realizar un curso en la Escuela de Bellas Artes en México, lugar donde aprendió y mejoró su técnica.

Sobre su sustento en tiempos difíciles, Urán indicó que no solo se dedica a la joyería en filigrana, pues también repara piezas en fantasía o arregla monturas de gafas.

Su productos estrellas son los rosarios, las cruces, los pisapales y los dijes de pescados.