Por primera vez en la historia, 13 bancos públicos de desarrollo han asumido hoy el compromiso conjunto de reforzar las inversiones en alimentación y agricultura en el contexto de una pandemia mundial y un clima cambiante, y se esperan más signatarios en los próximos días.
Esta iniciativa sin precedentes constituye una respuesta urgente a los desafíos más acuciantes del mundo en materia de desarrollo y clima que afrontan algunos de los países más vulnerables.
“La covid-19 y el cambio climático están ejerciendo una enorme presión sobre nuestros sistemas alimentarios”, dijo Gilbert F. Houngbo, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la institución que organizó el debate con los bancos públicos de desarrollo y emite hoy la correspondiente declaración conjunta.
“Debemos actuar ahora y aumentar la financiación si queremos liberar al mundo del hambre y la pobreza para 2030 y ofrecer un futuro sostenible a los 2000 millones de personas del medio rural que cultivan una gran parte de los alimentos del mundo. Los bancos públicos de desarrollo pueden liderar la creación de oportunidades, construyendo un mundo más resiliente y asegurando sociedades más equitativas”.
Esta información contribuye a la cumbre Finance in Common (9 a 12 de noviembre), en la que 450 bancos públicos de desarrollo de todos los sectores, se reunieron por primera vez para tomar medidas destinadas a dirigir la inversión hacia iniciativas más ecológicas y sostenibles, que respondan además a la crisis de la covid-19.
La declaración ha sido firmada hasta ahora por 13 bancos agrícolas y rurales del África Subsahariana, Asia y América Latina, y por asociaciones regionales de crédito rural y agrícola. Aunque la base de capital, el mandato y los instrumentos de esos bancos puedan diferir, en la declaración se pone de relieve el papel esencial que desempeñan todos ellos para financiar los futuros sistemas alimentarios sostenibles e inclusivos y subsanar los fallos del mercado, sobre todo en momentos de crisis como la actual pandemia.
Para ello, en la exposición se destaca la necesidad de mejorar los reglamentos, las políticas, la gobernanza y la capacidad institucional con el objetivo de que los bancos públicos de desarrollo puedan asumir los riesgos de inversión necesarios y al mismo tiempo sigan siendo financieramente viable e institucionalmente sostenible en un mercado financiero en rápida evolución.