La propagación de la pandemia del covid-19 ha sido el mayor desafío que han tenido que enfrentar los sistemas de salud en el mundo en las últimas décadas y Colombia no es la excepción. La atención inmediata para evitar los contagios, las citas de control, la infraestructura hospitalaria, el suministro del personal médico, los medicamentos y el manejo y número de las Unidades de Cuidado Intensivo (UCI), han dejado al descubierto la realidad de la salud en el país.
Un informe de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (ANIF), recalca que un primer balance sobre el relativo éxito con el cual se ha sorteado este desafío se basa en evaluar la evolución de las tasas de mortalidad por el virus.
Los siguientes son los desafíos coyunturales y estructurales más importantes que enfrenta el sector en el período pospandemia.
1.- Acuerdo de Punto Final
En el corto plazo, es necesario avanzar en la implementación del Acuerdo del Punto Final. En ese sentido, para dinamizar el flujo de liquidez a las IPS y de los trabajadores de la salud, es clave que las EPS se presenten y radiquen todas sus cuentas dentro del proceso de saneamiento; se agilice el giro de los recursos con base en los procedimientos establecidos por el Ministerio de Salud y Protección Social, y la Administradora de los Recursos de la Salud, y se instauraren mecanismos de pago para el saneamiento financiero y contable de todos los agentes de la cadena que reciban los recursos.
2.- Demografía y tecnología
A esos factores se les suman otros retos de largo plazo, como la transición demográfica y el cambio tecnológico. Sobre ese panorama, se proyecta un gasto en el aseguramiento que se incrementaría en los próximos diez años a 6.6% del PIB (con un intervalo sesgado al alza entre 6.3% y 8.2%). El gasto proyectado podría incrementarse hasta en 1 punto porcentual de manera permanente por los efectos de la pandemia.
3.- Financiación
ANIF considera necesario abordarla a través de dos mecanismos complementarios. El primero se desprende de una reforma fiscal de fondo que le permita al Estado recaudar los tributos de forma eficiente y progresiva. El segundo se enfoca en la búsqueda de nuevas fuentes de financiación específicas para el sector, de tal forma que, junto con los ingresos tributarios derivados de la reforma, permitan su sostenibilidad en el mediano y largo plazo.
4.- Redireccionar esfuerzos
El choque generado por la propagación de la pandemia tuvo un impacto doble sobre el sector de la salud. Por un lado, obligó a redireccionar los esfuerzos, la disponibilidad de capital y trabajo hacia la atención de servicios relacionados con el virus. A eso se le sumó la caída general de la demanda que acompañó el cese de actividades, lo cual perjudicó la prestación de servicios.
5.- Flujo de caja
La estrategia financiera adoptada por el Gobierno giró en torno a tres ejes principales. El primero fue proteger el flujo de caja para garantizar la atención médica de los usuarios. En ese sentido, se han dispuesto giros por $31.2 billones por concepto de Unidad de Pago por Capitación (UPC) al cierre del mes de agosto, de los cuales $13.2 billones se giraron directamente a las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud (IPS) y $18 billones a las Entidades Promotoras de Salud (EPS).
6.- Saneamiento de deudas
Para ello, se generó un proceso extraordinario de compra de cartera por $407 mil millones para las EPS con cuentas por cobrar que cumplieran con los requisitos financieros. Adicionalmente, se han girado $690 mil millones (de un cupo total de $2.1 billones) para el pago de cuentas no UPC de servicios prestados durante el período entre abril de 2018 y diciembre de 2019. Por último, se destinaron recursos adicionales al sistema de salud. Así, del Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME), se han asignado $7.3 billones al sector salud, de los cuales $5.5 billones están destinados al fortalecimiento del aseguramiento, $1.7 billones a la ampliación de la oferta y los $45 mil millones restantes al fortalecimiento institucional y de la salud pública.
7.- Capacidad instalada
La inyección de esos recursos adicionales se ha materializado en la ampliación de la capacidad instalada del sistema de salud, medida por el número de pruebas y las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Por el lado de las UCI, al mes de octubre se había logrado duplicar el número de unidades con las que se contaba en febrero, al pasar de 5.346 a 10.724.
8.- El gasto en el sistema
Con la llegada de la pandemia, se generó mucha más incertidumbre sobre su capacidad de cierre en el corto plazo y su sostenibilidad a futuro. En los últimos casi 15 años, el gasto en salud (por tipo de gasto y como proporción del PIB) se ha incrementado en cerca de 2% del PIB, para un total de 7.3% en 2018, impulsado principalmente por el gasto público.
- De interés: Reparos a proyecto que reforma sistema de salud
9.- Aumentar el aseguramiento
El costo del aseguramiento, que corre por cuenta del Estado, se ha incrementado de manera sostenida desde hace varios años. Lo anterior responde a decisiones de política pública que favorecieron la universalización del aseguramiento (hoy la cobertura supera el 95%) y la unificación de los planes de beneficios (el régimen subsidiado y el contributivo pueden acceder al mismo conjunto de tecnologías en salud).
10.- Mejorar IPS
La emergencia sanitaria y las medidas de aislamiento asociadas, han impactado de forma negativa los ingresos de los prestadores y de los trabajadores del sector, tanto de IPS como de EPS.
El sistema deberá asumir los retos que se deriven de la pandemia en términos de la demanda por más y mejores servicios.