La flexibilización de las medidas de aislamiento preventivo ha generado un cambio de tendencia en la actividad productiva en Colombia. Después de que el DANE reportara a través del Índice de Seguimiento de la Economía (ISE) que en abril la actividad se contrajo 20,1% anual, el índice NowCast Bancolombia revela que la tasa de caída se moderó a 13,1% en mayo y a 11,3% en junio.
Estos resultados también se han traducido al mercado laboral. Según el DANE, en mayo se evidenció una recuperación de 930 mil empleos de los 6 millones perdidos entre febrero y abril. Sin embargo, el repunte simultáneo de la tasa de participación en dicho mes se tradujo en un paso de la inactividad a la desocupación de un segmento importante de la población.
Esto provocó un nuevo aumento en la desocupación, que en el ámbito urbano se ubicó en 24,5%. Dados estos antecedentes, y teniendo en cuenta la importancia que tiene el mercado laboral en el estado socioeconómico del país, resulta relevante contar con señales anticipadas sobre su desempeño durante junio.
De acuerdo con los analistas del Bancolombia, “desarrollamos una aproximación a la dinámica de los puestos de trabajo formales tanto a nivel agregado como por sector productivo. Para tal efecto, tomamos como proxy la cantidad de nóminas pagadas a través de nuestra plataforma transaccional. Los resultados, sugieren que la mayor destrucción de puestos de trabajo ha quedado atrás”.
Declive
Se aprecia que a partir de marzo, momento en el que se introdujo el aislamiento preventivo obligatorio, empezó una tendencia de declive en la variación anual de la población empleada formalmente.
Sin embargo, la caída total en términos anuales pasó de 12% en mayo a 6% en junio. Además, en todas las actividades productivas las variaciones en las nóminas pagadas en junio se comparan favorablemente frente a las de mayo. En particular, se destacan los cambios que de un mes a otro se presentaron en el sector inmobiliario (que pasó de caer -4% a crecer 3%), la agricultura (de -4% a 3%), y la prestación de servicios públicos domiciliarios (de -11% a 1%). De forma similar, en los tres sectores claves del empleo urbano-comercio, industria y construcción- los descensos de junio fueron menos pronunciados. “Si incorporamos toda la información que acabamos de mencionar en una estimación, la población ocupada a nivel urbano en junio sería de aproximadamente 8,73 millones de personas. Esto representaría un descenso de casi 2,1 millones frente a hace un año”, sostienen los investigadores.
Señales
A su vez, indican que “a pesar de lo que indican las señales que acabamos de describir, consideramos que es poco probable que en junio pueda darse una reversión en la tasa de desempleo en las principales ciudades del país. Esto se debe a que el cambio de tendencia en la ocupación formal no alcanzaría a compensar el importante flujo de personas que regresarían de la inactividad”.
En efecto, en la medida en que los hogares han retomado su participación en el mercado laboral con un aislamiento menos estricto, el número de desocupados relativo a la población económicamente activa se habría incrementado.
Un síntoma de esta situación es que en la más reciente encuesta de opinión del consumidor de Fedesarrollo, el indicador de condiciones económicas actuales presentó un deterioro de 0,2 puntos porcentuales, por cuenta de la reducción de 4,4 puntos de la percepción individual de cada hogar.
En su conjunto, se cree que, pese a que la destrucción en los puestos de trabajo formales se contuvo durante el mes pasado, el comportamiento de la tasa de desempleo seguirá siendo una de las mayores preocupaciones para las autoridades económicas de nuestro país.