La desaceleración de la demanda interna en Colombia permitió un ajuste en la balanza de pagos, cuyo déficit en cuenta corriente se redujo en alrededor de US$6.400 millones y pasó del 6,4% del PIB en 2015 al 4,4% en 2016, como resultado, sobre todo, del descenso de los egresos en bienes importados y de las remisiones al exterior de utilidades de empresas extranjeras del sector de hidrocarburos. Así lo señala un informe de la Cepal.
La mejora en las perspectivas fiscales de 2017 está muy relacionada con los resultados de la reforma tributaria aprobada en 2016.
Con esta reforma se incrementó la tarifa del IVA del 16% al 19%, se unificaron los impuestos a las empresas y se planificó su reducción gradual, se introdujo un impuesto progresivo a los dividendos recibidos por las personas naturales, se otorgó carácter de permanente al gravamen a los movimientos financieros, se fortaleció el régimen tributario de las entidades sin fines de lucro, se incrementaron los impuestos al consumo de tabaco y se crearon algunos impuestos denominados verdes, como un impuesto específico al carbono y otro al consumo de bolsas plásticas.
Por otra parte, el aumento cercano al 5,0%, más de US$4.800 millones de las remesas de colombianos que trabajan en el exterior contribuyó también a la corrección del déficit externo en 2016.
Los bajos niveles de confianza del consumidor y del productor de principios de 2017 se vieron confirmados por un crecimiento trimestral del 1,1%, en comparación con el 2,5% registrado en el mismo período de 2016.
Los efectos del incremento de los precios, el aumento de tres puntos del IVA y los efectos rezagados de la política monetaria contractiva del año anterior redundaron en un debilitamiento del consumo de los hogares.
En el primer trimestre de 2017 el sector agropecuario lideró el crecimiento 7,7%, impulsado por el incremento en la producción de los cultivos transitorios y permanentes, entre los que destacó el café, gracias a condiciones climáticas más favorables y políticas de estímulo a la oferta. Los servicios financieros 4,4% y sociales 2,2% mantienen su dinamismo.
En 2017 la inflación anual continúa retrocediendo, en especial la de alimentos; sin embargo, la inflación básica, que provee una medida de más largo plazo, no disminuye con la misma rapidez.
De otra parte, los países de América Latina y el Caribe crecerán en promedio 1,1% en 2017 tras dos años consecutivos de contracción, gracias a un contexto internacional que pese a los riesgos geopolíticos muestra mejores expectativas de crecimiento, y una mejora en los precios de las materias primas que exporta la región, según un nuevo informe anual presentado por la Cepal en Santiago de Chile.
El organismo regional de las Naciones Unidas dio a conocer su Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2017, en el cual destaca la importancia de las políticas macroeconómicas para dinamizar el crecimiento de largo plazo y avanzar hacia el necesario cambio estructural de las economías de la región.
“Para retomar el crecimiento de mediano y largo plazo se requiere contar con políticas anticíclicas que no solo se centren en reducir las fluctuaciones del ciclo, sino también en modificar aquellas características específicas que influyen negativamente en el crecimiento y en la estructura productiva de los países de la región. Esto implica avanzar hacia marcos contracíclicos de la política fiscal que defiendan y promuevan la inversión pública y privada. Se trata de revisar las reglas fiscales para que permanezcan como instrumentos pro-estabilidad, pero que sean también pro-inversión.
Este marco fiscal debe ir acompañado de una política financiera de estabilización del crédito y una política monetaria que apoye el crecimiento de la inversión y que vaya más allá de instrumentos como la tasa de interés”, declaró Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Cepal.