La economía colombiana fue la de mayor crecimiento en el segundo trimestre del año, sorprendiendo con una cifra de 12,6%. Este resultado fue potenciado en gran medida por el consumo de los hogares. Sin embargo, el gasto ya empezó una senda de desaceleración.
Para saber qué vendrá en materia económica debido a este cambio en el gasto, EL NUEVO SIGLO habló con el presidente de Raddar, Camilo Herrera.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es el panorama del consumo en Colombia, el gasto de los hogares?
CAMILO HERRERA: Comenzó a desacelerarse a mediados del segundo trimestre, ya con mucha fuerza en los datos de julio se evidencia esa situación. Aquí es importante entender que desacelerar no significa un menor gasto, sino que deja de crecer a la velocidad que lo venía haciendo.
ENS: ¿Cuáles son las causas de esa ralentización?
CH: Lo que ha causado mayormente el freno del gasto son varios factores. El primer factor es que la gente compró todo lo que tenía que comprar. Una gran mayoría se refiere a bienes durables, como carros, como computadores, bienes durables como celulares, y si la gente compró el año pasado o este año un carro, pues es muy poco probable que compre en el segundo semestre otra vez un carro, que compre el computador otra vez.
El segundo factor es la inflación, evidentemente resta capacidad de compra de los hogares. De hecho, para julio de este año, la capacidad de compra del salario mínimo ya es inferior a la del salario mínimo del año pasado y del año antepasado. Entonces hay una pérdida de capacidad de compra que es muy importante.
Y tercer factor, de una u otra manera, es el aumento de las tasas de interés. Este evidentemente causa dos fenómenos: primero, que está todo más costoso; y dos, que es más interesante dejar la plata en los bancos.
Así como hubo para la gente razones en el primer semestre del año pasado y motivos muy claros para gastar en ese momento, parece haber motivos muy claros para frenar el gasto y ajustarlo de una manera sensata.
Impacto tributario
ENS: ¿Ha influido la reforma tributaria que presentó el gobierno del presidente Gustavo Petro?
CH: Las reformas tributarias siempre causan, llamémoslo, afectaciones en las percepciones del consumidor y estos tienden a verse en las encuestas de percepción como el Pulso Social del DANE, como la confianza del consumidor, pero en el gasto de los hogares tienden a tener un efecto inverso.
ENS: ¿Pueden las reformas afectar la percepción del gasto?
CH: Sí, porque si, por ejemplo, le ponen un impuesto, digamos el famoso impuesto de ganancias ocasionales, a la compra y venta de vivienda, esto hace que la gente quiera vender la vivienda antes de que la norma entre en ejecución. Las personas tienden a anticipar sus gastos y sus decisiones antes de que la norma entre en funciones, que en teoría sería en enero del próximo año, lo cual de una u otra manera haría que intuitivamente la gente acelere sus gastos para aprovechar las condiciones previas a la reforma tributaria.
Si bien los inversionistas pueden ser muy cautos en la toma de decisiones, al final también terminan haciendo lo mismo: toman decisiones antes de la aplicación de la norma para poder ampararse en la norma anterior.
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Salario mínimo
ENS: Luis Fernando Mejía dijo que esta reforma podría elevar el salario mínimo un 20% para 2023, ¿cómo afectaría eso el gasto?
CH: Lo primero, yo pensaría es que ese comentario de Mejía es más teórico que otra cosa, es muy poco probable que haya un aumento de salario tan alto. Creo que Mejía lo plantea desde el margen del extremo. Lo que sí es evidente es que el salario mínimo aparentemente crecería casi en un 11% o 12% para el otro año, que podría llegar a 15% en el momento de una negociación con los sindicatos, con las empresas y con el gobierno, lo cual no le convendría a nadie, pues lo que haría es aumentar los costos de operación para el próximo año y de una u otra manera indexaría hacia adelante la inflación.
Es decir, causaría que la inflación no baje fácil. Yo creo que tanto el gobierno, como el sector privado y los sindicatos tienen esto claro y saben que este año no puede haber un aumento muy grande de salarios porque eso frenaría de manera importante la creación de empleo en Colombia. Y, de otra manera, aumentaría los costos de las empresas, lo que no solo afectaría los precios finales, sino las rentabilidades, y cuando esto ocurre afecta el recaudo tributario. Entonces si el gobierno sube demasiado el salario mínimo, puede estar recibiendo menos del impuesto de renta.
ENS: ¿Cómo ve la discusión de fin de año sobre el salario mínimo?
CH: Yo creo que eso va a ser una discusión difícil, va a ser una discusión pesada, como todos los años, y más en un momento en que la mesa la va a manejar la actual ministra de Trabajo que viene del mundo sindical. Va a ser un ejercicio por lo menos novedoso en nuestra historia económica reciente.
ENS: ¿Es posible que el consumo baje a final de año?
CH: Nosotros no estamos viendo una caída del gasto de los hogares. La desaceleración puede continuar, pero no vemos fácil que este año se vea un dato de cifra negativa, donde diciembre crezca menos que diciembre del año pasado; eso es muy difícil la verdad. Puede que ocurra matemáticamente, es posible, pero dentro de lo que conocemos, entendemos y sabemos del gasto.
Esto se basa en que diciembre va a crecer frente al mismo mes del año pasado, y seguramente la canasta de Navidad no crezca, en función de que en el 2021 creció demasiado, pero no por eso vemos que diciembre vaya a ser un mes difícil o algo por el estilo. Seguramente la dinámica va a ser distinta en función de que el año pasado fue la Navidad después de pandemia y el gasto fue demasiado fuerte por parte de los hogares.
Para el próximo año
ENS: ¿Y cómo sería para 2023?
CH: Es algo complejo, porque los datos cambian todos los meses. Si me cita, voy a quedar mal porque en un mes voy a decir algo distinto. Pero, con los datos de hoy, el crecimiento del gasto de los hogares podría ser cercano al 2% el próximo año, más o menos en la misma línea del Producto Interno Bruto. Si la tributaria pasa como está escrita, puede que el crecimiento del gasto sea solamente de 1,5%; si lo de Rusia y Ucrania mejora, puede que el crecimiento sea más alto.
El problema es que hay tantas variables en este momento que es muy difícil predecir qué va a pasar; pero de otra manera, ajustar una cifra entre el 1,5% y el 2% es lo más sensato, dependiendo de lo que pase con la tributaria, con la inflación o con los datos del Banco de la República. O sea, básicamente cada vez es más difícil para nosotros los economistas poder entender qué puede pasar mañana, con la cantidad de variables que se nos cruzan en el mercado.