El colapso del mercado petrolero asestó un nuevo golpe a la arruinada economía de Venezuela, altamente dependiente de su menguada producción de crudo, ahora acosada por sanciones de Estados Unidos.
"Es una tragedia", decía el líder opositor Juan Guaidó cuando los valores del barril se desplomaron más de 25% el lunes en medio de una guerra de precios entre Arabia Saudita y Rusia y la previsible caída de la demanda mundial debido a la pandemia por el nuevo coronavirus.
Para Venezuela, el derrumbe de precios no pudo caer en peor momento. Tras años de falta de inversión, malos negocios y corrupción, su producción cayó a pique y está en los niveles de mediados de los años 40.
Perdió además a Estados Unidos como principal cliente después de que Washington bloqueara sus exportaciones de crudo para forzar la renuncia del presidente socialista Nicolás Maduro a quien considera un dictador.
El crudo venezolano se ha vuelto tóxico para el mercado. La petrolera estatal Pdvsa lo vende con precios rebajados para seducir a compradores que temen ser sancionados por la Casa Blanca, según analistas y agentes del mercado. Pdvsa no contestó el pedido de comentarios que le hizo la AFP.
En seis años de una crisis política y social que no parece tener fin, la economía se redujo en 65%, los venezolanos están ahogados en la hiperinflación, empresas extranjeras huyeron o fueron estatizadas y los servicios básicos colapsaron.
La capacidad de producción de Pdvsa, que en 2018 generaba más de 90% de las divisas que entraban al país, se redujo en dos tercios.
Hoy Venezuela es uno de los socios de menor producción entre los 13 países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
En 2008 colocaba en el mercado unos 3,2 millones de barriles por día. El mes pasado, reportó a la OPEP una producción de 865 mil de barriles diarios (mbp), 17 mbp menos que en enero.
Maduro ordenó en febrero elevar la producción y reestructurar Pdvsa. Formó una comisión que destituyó a jerarcas y detuvo al menos a 38 funcionarios acusados de corrupción o aportar información privilegiada a Estados Unidos.
¿Cuánto perderá Venezuela?
Luis Arturo Bárcenas, economista de la firma Ecoanalítica, estima que en un "escenario conservador de exportaciones y precios" Venezuela perderá este año ingresos por entre US$4.500 millones y US$7.500 millones. Otros especialistas creen que la pérdida será de unos US$9.000 millones.
"Es difícil proyectar, porque el mercado está muy inestable, pero indudablemente tú tienes un impacto muy alto", dice Bárcenas a la AFP.
Ya considerada en cesación de pagos, los menores ingresos petroleros complicarán más a Venezuela.
El país sufrirá por la disminución de venta de barriles que le generan liquidez, pero también porque el pago de deudas con acreedores como China fue pactado en petróleo.
"Por un lado Venezuela recibirá menos ingresos (...) y por otro el precio impactará en la deuda que pagas en barriles. A medida que el precio baje tendrás que dar más barriles" como pago, dice Bárcenas.
El economista Jesús Casique de la firma Capital Market Finance, cree que "Venezuela tiene riesgo de caer en default con China".
Los vencimientos con China en 2020 son por US$3.200 millones, según Ecoanalítica.
El FMI proyectó una caída del PIB de 10% en 2020 para Venezuela. Casique cree que el crack del petróleo podría elevar esa cifra "cuatro o cinco puntos".
¿A quién vende?
Antes, el mayor cliente de Venezuela era Estados Unidos y actualmente es India.
En 2018, Venezuela exportaba a Estados Unidos medio millón de barriles por día, 41% de su producción, mientras que 25% iba a China y 22% a India, según la agencia estadounidense de energía.
Hoy, según Ecoanalítica, India compra el 43% de la producción venezolana.
"Las refinadores de India, como Reliance, pararán las compras" por el temor a ser sancionadas por Estados Unidos, estimó Bárcenas, después de medidas contra la rusa Rosneft.
"Habrá que ver si Venezuela tiene capacidad para reconducir la producción, pero (lo haría) con un descuento altísimo" de precios", añadió.