El Banco de la República continuaría con el alivio en su política monetaria, y en su reunión de este miércoles recortaría otros 25 puntos las tasas para dejarlas en 12,75%, mientras los mercados prevén que la Reserva Federal de Estados Unidos mantendría estable su nivel máximo de la última década en 5,5%.
De acuerdo con el equipo de investigaciones del Bancolombia, en el caso de Colombia, “consideramos que el contexto reciente es coherente con otro pequeño recorte de la tasa de política monetaria. La inflación cerró el 2023 en un registro menor al inicialmente esperado. A pesar de eso, el registro anual de diciembre, de 9,28% aún es muy lejano del nivel deseado por el Emisor, a lo que se suma un balance de riesgos alcista para la perspectiva de inflación”.
Debilitamiento
Sostienen los investigadores que ¡la fase de debilitamiento de la economía -en particular, de la demanda interna- es la clave detrás de la expectativa de que este año continuará el proceso de desinflación. Sin embargo, el fenómeno de El Niño, un elevado incremento del salario mínimo, la indexación y los potenciales aumentos de los precios del diésel son presiones al alza que limitarán la capacidad de la inflación de regresar este año a la meta. Ante ese balance de riesgos, consideramos importante que la toma de decisiones sea la más prudente, en términos de priorizar en el corto plazo el compromiso con la meta de inflación”.
Ahora bien, “el optar por otro recorte es razonable en la medida en que la reducción reciente de la inflación y de sus expectativas abre el espacio a que la tasa de interés nominal baje sin que se altere realmente la postura de política monetaria. Los pronósticos de inflación a 12 y 24 meses de la mediana de las respuestas de los analistas consultados por el Banco de la República en la encuesta de enero bajaron 53 puntos básicos y 20 puntos básicos frente a lo visto en diciembre. Así pues, con otro recorte de 25 puntos, la tasa de interés real (en la que se descuentan las expectativas de inflación) se mantendría relativamente estable en un nivel similar al de los últimos meses”.
Sostienen los economistas que “la postura de política monetaria seguiría siendo claramente contractiva y coherente con un enfoque de los esfuerzos en llevar la inflación a la meta en el corto plazo”.
Ante esta situación, los expertos dicen que “sin embargo, la expectativa de los analistas del mercado sobre la decisión que tomará el Emisor está ampliamente dividida. Los resultados de la encuesta de enero muestran que la mitad de los analistas esperaban un recorte de 25 puntos o estabilidad, mientras que la otra mitad prevé un recorte de 50 puntos o más”.
En Estados Unidos
Por otra parte, en el caso de la decisión de la Reserva Federal en EE.UU., los registros más recientes del IPC han puesto de manifiesto cómo la última milla de la lucha contra la inflación viene siendo la más desafiante.
La inflación anual pasó de 9,1% en junio de 2022 a 3% en junio de 2023, y desde ese punto la dinámica ha sido menos consistente, tal que al cierre de 2023 se ubicó en 3,4%. Entre tanto, al considerar la inflación básica, esta pasó de su máximo en septiembre de 2022 (de 6,6%) a cerrar el 2023 en 3,9%, un registro que aún casi duplica el objetivo puntual de inflación.
Más aún, cuando se observa la evolución mensual de la inflación, queda claro que el rubro de inflación básica aún mantiene una brecha respecto de su meta anual del 2%. La inflación subyacente mensual promedio ajustada por efecto estacional del segundo semestre de 2023 fue 0,26%, lo que implica un equivalente anualizado de 3,2%, 1,2% por encima de lo deseado. Además, al desagregar el resultado de la inflación básica, es posible ver cómo el rubro de servicios es el más resistente a corregir, debido al impacto que suele tener el efecto de indexación sobre este. Los resultados mensuales más recientes han hecho esto muy evidente.
Ahora bien, a pesar del desafío persistente en la inflación, el consenso apunta a que durante 2024 iniciará el proceso de normalización de la política monetaria de la Reserva Federal