Así quedó el plan marshall 2.0 europeo pospandemia | El Nuevo Siglo
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Jueves, 23 de Julio de 2020
Redacción internacional con Europa Press

Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) alcanzaron un acuerdo histórico para crear un fondo de recuperación de 750.000 millones de euros para revitalizar las economías del bloque comunitario, especialmente las de los países más golpeados por la pandemia, como España e Italia.

Este plan de reconstrucción, que estará financiado por una emisión sin precedentes de deuda conjunta por parte de la Comisión Europea, tendrá una duración de tres años y se sumará a un presupuesto comunitario para el periodo 2021-2027 de 1,074 billones de euros.

La distribución 

A pesar de su presión, los países del norte no consiguieron reducir el tamaño global del fondo, que se mantuvo en los 750.000 millones iniciales, pero a cambio han obligado al resto de socios a recortar la parte que se distribuirá a los países en forma de subvenciones a fondo perdido, otra de sus principales reivindicaciones. 

Finalmente, las transferencias se quedarán en 390.000 millones de euros, 110.000 millones menos que los que planteaba la primera propuesta. El resto del fondo, 360.000 millones de euros, llegará a los Estados miembro en forma de préstamos que tendrán que devolver.

Otra de las victorias que se apuntaron los países del norte es el aumento de sus 'cheques' de descuento del que se benefician los mayores contribuyentes al presupuesto de la UE. En concreto, Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Austria y Alemania verán reducidos sus aportes durante todo el periodo en 53.000 millones, monto que tendrán que completar el resto de Estados miembro.

Países Bajos también ha conseguido introducir una mayor supervisión y control de las ayudas, pero no tendrá una capacidad real de veto si considera que las reformas que ha planteado una nación en concreto para recibir fondos no son las adecuadas.

El acuerdo final establece que los planes nacionales de reformas serán aprobados con mayoría cualificada entre los Veintisiete y los desembolsos posteriores dependerán del cumplimiento de una serie de objetivos preestablecidos. La Comisión Europea evaluará si se han cumplido estos objetivos, aunque excepcionalmente uno o más socios que tengan dudas de su análisis podrán pedir mayores explicaciones.

"Teníamos una línea roja: Nunca hubiéramos consentido que ningún país tuviera el derecho de veto o de intromisión sobre los planes nacionales", ha dicho sobre esta cuestión el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, para quien hubiera sido "inaceptable" que un Estado miembro pudiera "invadir" las competencias de la Comisión Europea.

Recortes 

Así, la mayor parte del fondo de recuperación irá dirigido a los gobiernos europeos para apuntalar sus economías, pero el resto se utilizará en reforzar el presupuesto de distintos programas europeos. Estas dotaciones, no obstante, han sido objeto de importantes reducciones en las negociaciones para poder ampliar las ayudas.

Uno de los programas más perjudicados es el Fondo para la Transición Justa, pieza clave en el llamado Pacto Verde Europeo, puesto que canalizará dinero para regiones muy dependientes del carbón. Su dotación, con cargo al fondo de recuperación, se reduce a 10.000 millones de euros, de los 30.000 millones previstos inicialmente.

El presupuesto adicional para Desarrollo Rural pierde la mitad de su tamaño original y se reduce hasta 7.500 millones, el programa europeo de I+D (Horizonte) sólo se beneficiaría de 5.000 millones del fondo de recuperación (frente a 13.500 millones que pedía Bruselas) y el programa comunitario de inversiones (InvesEU) recibirá 5.600 millones de este plan.

Además, desaparece el fondo para incentivar inversiones privadas en empresas a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI), que contaba con un presupuesto de 26.000 millones y buscaba solventar el escaso margen fiscal de algunos países, como España, para recapitalizar su tejido productivo.

Las negociaciones

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha destacado que el acuerdo es "una señal sobre la capacidad de actuar" de la UE. "Europa tiene la valentía y la imaginación de pensar en grande", ha enfatizado la alemana.

"El esfuerzo ha sido extenuante pero el resultado es exitoso, ha merecido la pena. Europa está dando un paso de gigante", destacó el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.

Durante las cuatro jornadas, el autodenominado “grupo de los frugales” defendía la idea de un fondo de menor cuantía con una contundencia que incluso llegó a irritar al eje franco-alemán y a los socios del sur de bloque, como Italia, España, Portugal y Grecia.

El pulso se hizo evidente tras los mensajes que lanzaron públicamente los primeros ministros de Países Bajos y Austria, Mark Rutte y Sebastian Kurz, respectivamente, y por el otro lado los primeros ministros de Italia y Portugal.

El presidente francés Emmanuel Macron reconoció que la negociación estuvo "marcada por las dificultades", pero subrayó que el acuerdo definitivo es "proporcionado" y el "necesario" para conseguir "lo más importante", que era sacar adelante el fondo de reconstrucción.

La canciller alemana Angela Merkel, en la misma línea, señaló que un "grupo de países" no estaba "entusiasmado" con la idea inicial del plan de recuperación y los debates "no fueron fáciles". "Veníamos de diferentes puntos de partida, pero lo que cuenta al final es que hemos llegado a un acuerdo", ha destacado la dirigente alemana.

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, felicitó a los líderes de la UE y dijo que el plan aprobado muestra que el bloque "se une" en la crisis.

Finalmente sobre las condiciones, Polonia y Hungría clamaron "victoria" al asegurar que lograron desvincular el desembolso de fondos a la situación del Estado de derecho y que se estableciera un mecanismo menos estricto que el propuesto por la Comisión Europea.