La economía de Estados Unidos creció más de lo esperado en el tercer trimestre, 2,8% en cifras anualizadas, una estimación del Departamento de Comercio publicada que sorprendió a los analistas.
La estimación media de los economistas situaba en 1,9% el crecimiento del Producto Interno Bruto para el período.
En el segundo trimestre, el PIB había crecido 2,5% mientras que en el primero el aumento fue de 1,1%.
La Casa Blanca se congratuló por la buena nueva, aunque adelantó que en el cuarto trimestre el crecimiento podría bajar debido a la pulseada con el Congreso por el presupuesto, que condujo al cierre de los servicios administrativos durante dos semanas en octubre.
"Durante el tercer trimestre, la economía creció al ritmo más rápido del año, una señal de que la recuperación seguía ganando impulso en los meses previos al cierre de los servicios administrativos", señaló la Presidencia en un comunicado.
Pero añadió que en el cuarto trimestre el crecimiento "se verá frenado por la parálisis del gobierno que duró del 1 al 16 de octubre y por el desacuerdo político en torno al límite de la deuda".
Avances modestos
Para muchos analistas, la mejora en el tercer trimestre esconde avances más bien modestos. "Desafortunadamente, los detalles no son tan positivos como los titulares", señaló Jim O'Sullivan, economista jefe de High Frequency Economics, quien estimó que el crecimiento estuvo impulsado sobre todo por la acumulación de inventarios de empresas.
"El crecimiento del PIB en el tercer trimestre se debió principalmente a un aumento previsto de la acumulación de existencias que aportó 0,8 puntos porcentuales" al total, explicó Peter Newland de Barclays Research. "Sugerimos tomar esta aparente aceleración del crecimiento con prudencia", agregó
Si bien los gastos de consumo de los hogares siguieron contribuyendo de manera positiva a esta expansión, el aumento de 1,5% es el más débil desde hace dos años. Las ventas de bienes duraderos fueron la sorpresa con un alza de 7,8%. En cambio, los gastos en servicios apenas aumentaron (+0,1%).
"La combinación de la demanda privada más bien pobre y un aumento de las importaciones sugiere que la mayor parte de la acumulación de inventarios no fue voluntaria, lo que tendrá implicaciones sobre la actividad del trimestre siguiente", explicó Harm Bandholz, economista jefe de UniCredit Economics.
Los gastos del Estado federal, en baja desde hace varios meses como consecuencia de la crisis presupuestaria se redujeron en 1,7% en el trimestre.
El índice de precios vinculado a los gastos de consumo (PCE), una medida de la inflación analizada por la Reserva Federal (Fed, banco central), aumentó netamente, a 1,8% en el trimestre, frente al 0,2% del segundo trimestre.
El Departamento de Comercio señaló que debido a la parálisis de muchos servicios administrativos durante más de dos semanas, no había podido disponer de todos los datos para hacer su estimación. Se prevé una segunda evaluación para el 5 de diciembre./AFP