La actividad económica de Brasil permanecerá estancada en 2015, según reveló el lunes la encuesta semanal del Banco Central entre operadores del mercado, en momentos en que el país inicia su quinto año de pobre desempeño.
El informe Focus mostró que las expectativas para el PIB retrocedieron a 0% para el año en curso, desde el moderado crecimiento de 0,03% del reporte de la semana previa, dando cuenta del desánimo que prevalece actualmente en el mercado.
Brasil terminó el 2014 con datos negativos en sus cuentas públicas y en su balanza comercial, y con un cálculo revisado de crecimiento del PIB de apenas 0,2%.
En ese escenario, el Gobierno lanzó un paquete de medidas de ajuste para encarrilar la macroeconomía, afectada por la caída de los precios de materias primas como la soja y el mineral de hierro, y la inercia de un año electoral.
En enero, la presidenta Dilma Rousseff inició su segundo mandato consecutivo tras una apretada victoria en las urnas.
De acuerdo con el reporte Focus del Banco Central, la tendencia inflacionaria también desmejoró con una proyección de 7,15% para el 2015, desde el 7,01% de la semana anterior. Ambas cifras superan la meta del gobierno, de 4,5%, con un máximo de dos puntos porcentuales por encima o por debajo.
El dato oficial de la variación de precios de enero publicado este viernes mostró una aceleración a 1,24% para marcar su máximo en 12 años.
El año pasado, Brasil registró una inflación de 6,4%.
El reporte de la entidad rectora del sistema financiero también tuvo estimaciones pesimistas para la producción industrial, que se contrajeron a una expansión de 0,44%, por debajo del 1,02% que proyectaba el mercado cuatro semanas atrás.
Este enero el Banco Central elevó la tasa de interés de referencia de 11,75% a 12,25% anual, en un intento por desestimular el crédito al consumidor y distender la presión sobre los precios.
Entre la andanada de malas noticias económicas surge contrastante el dato de desempleo, que terminó el 2014 con un mínimo histórico de 4,5% en la medición media anual.
La convergencia de una tasa de desocupación baja en un contexto de lenta expansión económica es un fenómeno que mezcla explicaciones de sesgo social y económicas.
Los analistas explican que la paradoja obedece a un envejecimiento de la fuerza laboral, que redujo la cantidad de jóvenes que se incorporan al mercado en términos proporcionales, en simultáneo con un aumento de la cantidad de personas que se jubilan.