El rumbo de la cotización del dólar siguió buscando como meta inmediata los 3.000 pesos, aunque en la jornada de ayer se mantuvo estable por encima de los 2.900 pesos, aunque en primeras horas de la mañana trepó hasta los 2.927 pesos.
De acuerdo con los analistas del mercado, una combinación de factores globales e internos están presionando a la tasa de cambio al alza. La tendencia de depreciación que enfrenta el peso desde la segunda mitad de 2014 sigue persistiendo.
En este sentido, el dólar cerró julio en sus niveles máximos del año ($2.880,38), lo cual significa una depreciación del tipo de cambio de 10,5% en julio.
Sin embargo, este comportamiento no obedece únicamente a factores de la economía colombiana, toda vez que el dólar ha mantenido un fortalecimiento generalizado frente a las monedas de la región.
Así las cosas, la tendencia de descenso en el último mes estuvo liderada por el peso, seguido por el real brasileño (10,3%), el peso chileno (5,1%) y el peso mexicano (2,5%).
En conjunto las monedas de América Latina perdieron valor frente al dólar, medidas por el índice LACI (5,2%). Este comportamiento global del dólar se presenta como una conjunción de factores tales como la recuperación que presenta la economía estadounidense y la expectativa en torno al incremento de la tasa de los fondos federales, la cual podría darse a final de año.
Además, también se presenta en el entorno internacional la caída de las acciones en China y el acuerdo alcanzado por el gobierno griego y sus pares europeos. Adicionalmente, el descenso reciente en los precios de los commodities, especialmente el petróleo, que continúa condicionando el desempeño del dólar.
Intercambio
Por su parte, el deterioro en los términos de intercambio (TI) del país ha jugado un papel fundamental en la depreciación del tipo de cambio. Sin duda el incremento pronunciado de los TI en el periodo identificado como boom de los commodities estuvo acompañado de una notable apreciación del peso, lo cual sugiere que con el deterioro de los TI se produciría un ajuste de la tasa de cambio.
Consecuentemente, un análisis de ciclo y tendencia sobre la tasa de cambio real (ITCR), identifica que la velocidad del proceso de ajuste cambiario podría completarse aproximadamente en 3,9 años, según el comportamiento histórico que ha tenido el tipo de cambio.
No obstante, no se puede descartar que este acoplamiento tenga una naturaleza más rápida, lo cual podría responder a correcciones bajistas en el precio del petróleo y por ende de los TI, y a mayores ajustes en las expectativas de subidas de tasas de interés por parte del FED.
En conclusión, reconocemos que la economía colombiana se encuentra en una fase de ajuste, dado el cambio en las condiciones externas y que la flotación de la tasa de cambio ha logrado incorporar los distintos choques externos, sumado a ello, la volatilidad que se ha presentado en los mercados recientemente seguiría marcando el desempeño de este activo.
El detonante
De acuerdo con el director de análisis técnico de Valora Inversiones, Camilo Silva, “la reciente caída del precio del petróleo que llevó al referente del mar del norte (Brent) por debajo de los 50 dólares y al indicativo del crudo ligero de Texas (WTI) a los 46 dólares fue el detonante que provocó que el dólar rompiera los 2.900 pesos”. Es tal la volatilidad que se registra en este mercado que ya se habla de que la tasa de cambio en 3.000 pesos está a la vuelta de la esquina.
Por su parte el analista de Alianza Valores, Omar Suárez, explicó que “existen varios factores que podrían llevar el dólar a los 3.000 pesos y, dependiendo de cómo se desencadenen, se podría llegar más rápido o más lento a este nivel. Sin embargo, el precio del petróleo es lo que más le está generando volatilidad últimamente a la divisa y podría ser el que la lleve a superar su máximo histórico de $2.986 en el corto plazo. En caso de que caiga por debajo de los US$44 podría ser el comienzo de un fuerte bajonazo que podría llegar hasta el rango de los US$30”.
De otra parte, el panorama petrolero ha vuelto a deteriorarse. Hace un par de meses se decía que durante el segundo semestre de 2015 los precios del crudo iban a rebotar hasta los 70 dólares, pero ahora se habla de otro período bajista. Las noticias internacionales de los últimos días relacionadas con el tema minero-energético le dan fuerza a este sentimiento pesimista.
Por un lado, China, el principal consumidor de materias primas, mostró un deficiente reporte de manufacturas ya que el indicador de éstas cayó de 49,4 a 47,7 entre junio y julio de 2015, su nivel más bajo desde 2013. Por otro lado, Irán emitió un comunicado en el que indicó que podría incrementar su producción de crudo entre 500.000 y un millón de barriles diarios cuando le sean levantadas las sanciones económicas.
Para el Gerente de Investigaciones de la firma BTG, Sergio Olarte, el incremento en el precio de la divisa en Colombia también obedece a los datos que se conocieran sobre la producción industrial en China, que salieron menores a los esperado y lo que muestra es que China está desacelerándose más de lo esperado.
Señaló, que también influye que la producción de petróleo de Irak está repuntando recientemente y esto hace que el precio del petróleo por factores de oferta como la producción más alta de Irak y la desaceleración de China ocasionan que el precio del crudo caiga y la divisa suba.