El Consejo de Estado interpuso una condena al Distrito Capital de Bogotá por el maltrato verbal y los esfuerzos exagerados a los que fue sometida una estudiante de un colegio, quién no aguantó, sufrió un infarto y murió.
Los hechos se presentaron en el año 2001 cuando la joven estaba en una clase de Educación física realizando unos ejercicios, al sentirse agotada por el esfuerzo, le informó a su profesor del estado, pero el docente al parecer la “trató despectivamente, tachándola de princesa, preguntándole si estaba modelando y sugiriendo a sus compañeros de clase que la chiflaran”.
Por este suceso, la Sección Tercera argumentó que la medida fue interpuesta porque la obligación de los docentes es tratar con respeto a los estudiantes y no con castigos vergonzosos y explicó que el servicio público debe mantener la formación de los derechos humanos y en este caso fueron vulnerados.