Disidencias y Bacrim amenazan el posconflicto | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Jueves, 15 de Junio de 2017
Redacción Nacional
Expertos y analistas estudian la forma como el país debe salir de la violencia.

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Las bandas criminales y los disidentes de las Farc, se han convertido en las principales amenazas en el desarrollo del posconflicto. Así lo destacan expertos y analistas sociales, al señalar que el país aún se enfrenta a diferentes retos con estas amenazas.

Durante el coloquio “Salir de la violencia: construcción de paz y memoria histórica”, Eduardo Pizarro Leongómez, de la Comisión Histórica del Conflicto Armado y sus Víctimas, dijo que, por ahora, la tarea del posconflicto se viene haciendo bien, si se tiene en cuenta que la tasa de homicidios de 2016, de 24,4 por cada 100.000 habitantes, fue la más baja en 42 años.

Según el panelista, de esta manera el posconflicto colombiano se está acercando más a la experiencia nicaragüense -donde se registran siete homicidios por 100.000 habitantes- que a la guatemalteca o salvadoreña, con respecto a la cual, recordó, un antiguo guerrillero que dijo: “ganamos la paz pero perdimos el posconflicto”.

De igual manera afirmó que es fundamental asegurar el éxito de la desmovilización: “contamos con una de las agencias de reinserción más exitosas del mundo. La tasa de reincidencia es del 15%, comparada con el 72% que se da en las cárceles”.

Por su parte, María Victoria Uribe, de la Universidad del Rosario, indicó que precisamente la reinserción es uno de los grandes desafíos en un país en el que, tras años de guerra, poco se ha transformado la percepción negativa del que hace unos años era el “enemigo”.

Para la académica es necesario que dicho imaginario se vaya transformando con el fin de asegurar una reinserción exitosa de estas personas.

De igual manera llamó la atención sobre los peligros que acechan a los ex combatientes en las zonas veredales -amenazas de muerte a ellos mismos y a sus familias, presiones de algunos miembros del Ejército para que sean informantes-, y de las propias condiciones de vida allí. Es importante que cuenten con soluciones eficaces ante su situación y problemáticas con el fin de evitar el riesgo de nuevas disidencias.

No menos importante es el reto planteado por las bandas criminales y los grupos armados que surgieron después de la negociación entre el Gobierno y los paramilitares.

“Esta problemática surge porque fue un proceso de negociación precario e ilegítimo social y políticamente. Así mismo se dieron muchos escenarios de actividades económicas ilegales y el Estado no fue capaz de reemplazar el orden que el fenómeno paramilitar había construido”, dijo Teófilo Vásquez, investigador del Centro Nacional de Memoria Histórica.

En efecto, aunque en los municipios de Cúcuta y Barrancabermeja han aumentado los índices de letalidad relacionados con estos grupos, en general su actividad violenta -sin ser letal- se ha mantenido e incluso se ha incrementado en varias regiones del país.

Ante estos escenarios, el profesor Ricardo Peñaranda, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri), de la Universidad Nacional de Colombia (UN), resaltó la importancia de la discusión constante sobre lo que pasa después que se acaba una guerra: “más allá de los acuerdos, los actores del conflicto aún quedan en pie. El solo hecho de firmar no garantiza el 100 % de los resultados esperados”.

zonas veredales