En varios sentidos, las relaciones entre el Ejecutivo y el legislativo Congreso han sido similares durante los gobiernos de Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos, señaló un informe del programa Congreso Visible de la Universidad de los Andes.
Al igual que su antecesor, el actual mandatario ha formado una coalición mayoritaria en el Legislativo, con la que se ha aprobado la mayoría de proyectos de iniciativa gubernamental. La coalición conocida como la Unidad Nacional está conformada casi por los mismos partidos que apoyaron a Uribe, mientras que la oposición, antes conformada por dos partidos, ahora está conformada solamente por uno: el Polo Democrático.
Si bien el nivel de éxito que tiene un Presidente para crear nueva legislación depende en buena medida del tamaño y la composición de su coalición, otros factores como el grado de cohesión interna de los partidos políticos juegan un papel esencial. En ese sentido, resulta pertinente preguntarse qué tan disciplinadamente han actuado los congresistas, comparativamente, en los gobiernos de uno y otro Presidente.
Teniendo en cuenta la metodología a partir de la cual se elaboró cada indicador (ver recuadro) es posible plantear una reflexión sobre el significado de la disciplina partidista, ya que si bien se puede definir a un partido como disciplinado a partir de la forma como votan sus integrantes, su disciplina también puede estar asociada a la asistencia a las sesiones y a la permanencia en las mismas.
Dicho de otra manera, la disciplina calculada a través del IR puede ser entendida como unanimidad, es decir, que los miembros de un partido voten del mismo modo. Pero la disciplina partidista calculada mediante el IAP difiere de la calculada mediante el IR, ya que no sólo es vista como unanimidad sino también como asistencia a las sesiones y cumplimiento de las directrices trazadas por el líder o los líderes de cada partido.
Coalición
Con el fin de comparar los niveles de disciplina partidista en los gobiernos de Uribe y Santos, se analizaron las votaciones nominales realizadas en las plenarias y las comisiones del Senado y la Cámara a lo largo del primer año y medio de la segunda administración de Uribe, y del mismo periodo de tiempo durante el actual mandato de Santos.
Para este ejercicio, se tomaron en cuenta únicamente votaciones nominales sobre proyectos de iniciativa gubernamental iniciados después de la posesión de cada Presidente. Se calcularon los valores del IR y del IAP para cada una de las votaciones y, posteriormente, se calcularon promedios de estos índices para los partidos de coalición, de oposición e independientes.
Examinadas en conjunto, tanto la coalición de Uribe como la Unidad Nacional de Santos se comportaron, en general, de manera disciplinada. Este resultado cobra relevancia si se tiene en cuenta la multiplicidad de corrientes políticas e intereses que, en su momento, cada una ha representado.
No obstante, para cada uno de los partidos que conformaron estas coaliciones, los valores del IR alcanzaron promedios significativamente más altos que los del IAP, el cual, como se vio anteriormente, considera los niveles de abstención y la posición del vocero.
Estos resultados sugieren que los miembros de los partidos que integraron las coaliciones de Uribe y de Santos se abstuvieron regularmente de votar las iniciativas gubernamentales, aunque si bien, cuando votaron, lo hicieron de manera cohesionada. En ese sentido, más que coordinar el voto de los legisladores, tanto Uribe como Santos enfrentaron el reto de crear incentivos para que los congresistas asistieran a las sesiones y participaran en las votaciones.
Para ambos gobiernos los promedios de disciplina de los partidos de coalición variaron significativamente de una cámara a otra, siendo más elevados en el Senado que en la Cámara.
Estos resultados pueden atribuirse, al menos en parte, a que en la Cámara los congresistas buscan principalmente defender los intereses de sus respectivas regiones, lo cual tiende generar divisiones al interior de los partidos.
El Partido Social de Unidad Nacional (La U) no muestra una tendencia marcada hacia el mejoramiento o el descenso en sus niveles de disciplina, ni en el Senado ni en la Cámara. Estos resultados son llamativos pues, en la medida en que Santos es el líder natural de La U, hubiera podido esperarse que con el cambio de gobierno, esta agrupación se comportara más disciplinadamente. Es plausible que, frente a los proyectos que más distanciaron a Santos de Uribe, la lealtad de algunos congresistas hacia el segundo se haya convertido en un factor de división al interior del partido.
A pesar que Germán Vargas, importante líder de Cambio Radical, se ha desempeñado como Ministro del Interior durante el gobierno de Santos, su partido no ha presentado una mejoría en los bajos niveles de disciplina que registró durante la administración Uribe.
En el Senado, incluso, estos niveles han descendido durante el último año. Allí, Cambio Radical fue el partido de la coalición que votó más indisciplinadamente proyectos de importancia crucial para el Ejecutivo como la Ley de Víctimas y la Ley de Sostenibilidad Fiscal.
Por su parte, el Partido Liberal, el cual hace parte de la coalición del actual gobierno, ha presentado durante la administración de Santos niveles de disciplina inferiores a su histórico rival, el Conservador. Sin embargo, esta diferencia no parece ser nueva, en la medida que también se hizo manifiesta durante el periodo de Uribe. En otras palabras, los liberales, ya sea haciendo oposición o apoyando al gobierno, no han alcanzado los niveles de disciplina de los conservadores.