Dirigentes africanos reunidos en Kampala instaron este sábado a los rebeldes congoleños del M23 a cesar "todas sus actividades de guerra" y a retirarse de la ciudad de Goma "en las próximas 48 horas", estimando que el gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) estaría dispuesto a tomar en cuenta algunas de sus reivindicaciones.
Este sábado se llevó a cabo en Kampala una cumbre extraordinaria de la Conferencia Internacional de los Grandes Lagos dedicada a la situación en RDC. En un comunicado difundido al final del encuentro de jefes de Estado en la capital de Uganda, los participantes también afirmaron que el M23 tendría que "dejar de hablar de derrocar a un gobierno electo".
Los rebeldes del M23 tomaron esta semana varias ciudades del este de RDC en la provincia de Kivu del Norte, incluyendo Goma.
Los rebeldes deberán retirarse hasta "por lo menos 20 kilómetros al norte de Goma", declaró el sábado el ministro ugandés de Relaciones Exteriores, Sam Kutesa. Esta distancia corresponde a las posiciones que ocupaban los rebeldes antes de lanzar una ofensiva y conquistar Goma, el martes 20 de noviembre.
La misión de Naciones Unidas para la estabilización de la RDC (MONUSCO), que cuenta con un total de 17.000 hombres, habrá de ocupar "una zona neutra entre Goma y las nuevas zonas ocupadas por el M23", según el comunicado final de la cumbre de Kampala.
Un total de 6.700 cascos azules están desplegados en Kivu del Norte, una región dos veces mayor que Bélgica y rica en diamantes, minerales y metales preciosos.
El M23 fue creado a principios de mayo por militares que, tras participar en una rebelión anterior, integraron el ejército en 2009, luego de un acuerdo de paz. En abril se amotinaron argumentando que el gobierno no respetó sus compromisos.
El M23, que tiene múltiples reivindicaciones "para mejorar las condiciones de vida de los congoleños", reclama un diálogo "directo" con el presidente de la RDC, Joseph Kabila, como condición a todo retiro de Goma.
Según expertos y diplomáticos, la mala situación en que se encuentran las Fuerzas Armadas congoleñas, así como su corrupción, la injerencia de Ruanda y una misión de la ONU sin medios ni mandato para intervenir favorecieron la actual ofensiva.
La ONU y la RDC acusan al M23 de ser una fuerza paramilitar de Ruanda, y expertos de la ONU también acusaron a Uganda de apoyar militarmente a esta rebelión, pero Kigali y Kampala lo desmintieron categóricamente.
El presidente de Ruanda Paul Kagame no asistió a la cumbre de Kampala, pero lo representó la canciller ruandesa Louise Mushikiwabo.
Expertos y diplomáticos de la ONU también señalaron que el ejército regular se había desarticulado a lo largo de la semana porque centenares de soldados se amotinaron.
La ONU mantiene un registro de todos los heridos y las víctimas de crímenes cometidos por el M23 y la Corte Penal Internacional (CPI) ha pedido la captura del jefe militar del M23, Bosco Ntaganda.