El proyecto de Presupuesto General de la Nación que el Gobierno presentó al Congreso para la vigencia del próximo año, contempla una cifra total cercana a los 200 billones de pesos.
Según el argumento del Ejecutivo, el principal objetivo con estos recursos es proporcionar “más empleo, más seguridad por la construcción de un país más justo, moderno y seguro”.
Sin embargo, estos buenos deseos contrastan con uno de los problemas que más azotan a la población y es su condición de pobreza y desigualdad social.
Un estudio de la firma Hays de Colombia, indica que la desigualdad en Colombia ha permeado a todos los sectores económicos del país y las llamadas al Estado, solicitando propuestas estratégicas que permitan la disminución de esta brecha, no se han hecho esperar, sobre todo en lo referente a la educación.
Señalan los investigadores que según el coeficiente Gini (método utilizado para medir la desigualdad en las naciones), la diferencia entre ricos y pobres se ha reducido en nuestro país.
Divergencias
Para el DANE, mientras que en 2010 el coeficiente Gini estaba en 56 puntos, en el 2011 alcanzó 54,8, lo que significó una reducción de 1,2 puntos en Colombia; sin embargo, las divergencias entre regiones continúan siendo muy altas en la nación.
Para el director general de Hays Colombia, Duarte Ramos, en los últimos años el coeficiente Gini presentó una leve mejora porque las personas empezaron a tener un mayor poder de compra, incluyendo a las que ganan un salario mínimo.
Según el directivo, las razones por las que los índices de desigualdad en Colombia son tan marcados están relacionados con tres factores determinantes: la naturaleza del mercado, la calificación y educación de la fuerza laboral y los criterios económicos dirigidos hacia la productividad.
Ejemplo de esta situación, es que Colombia viene de una fuerte tradición en la que los principales sectores empleadores están conectados a empleos de baja remuneración como el turismo, la restauración, el catering, entre otros. De igual forma, el área de servicios domésticos, como la vigilancia de seguridad y la limpieza, son servicios de bajo nivel agregado.
Asimismo, divisiones como la agricultura, las materias primas y el manufacturero, dan empleo pero a bajos ingresos, que en la mayoría de casos, ni siquiera alcanzan los salarios mínimos y se caracterizan por ser de carácter informal.
Según Ramos, este escenario salarial se ve reflejado en un 30% de los 21 millones de personas que hacen parte de la población activa en Colombia. Este porcentaje no devenga ni siquiera un salario mínimo y un 40 por ciento está trabajando en cargos netamente operativos y en la informalidad.
Bajos ingresos
Además, casi la mitad, 12 millones de personas que hacen parte de la población activa, tienen un nivel de ingresos realmente bajo, existiendo otro porcentaje considerable que gana un salario mínimo y que se encuentra en puestos de bajo valor agregado.
Por otra parte, la inmensa brecha económica y social se puede evidenciar en el 2.5% de la población altamente calificada, que alcanza ingresos elevados, superando a profesionales de países como Venezuela, Chile y, en algunos casos, Europa.
Calificaciones
Al respecto, Ramos señala que “la naturaleza de los sectores económicos es la misma de los sectores que no generan empleos calificados, lo que automáticamente nos lleva al déficit educativo de la población colombiana. En general, por motivos como el desplazamiento y el conflicto interno que vive Colombia, las personas no tienen acceso a la educación formal y por ende no tienen la posibilidad de prepararse para ser más competitivos en un mercado de trabajo y tienen que someterse a empleos de más baja calificación, lo que se torna en un comportamiento cíclico”, agregó Ramos.
En este punto, el Director General de Hays Colombia, llamó la atención sobre la baja inversión histórica que ha realizado el Estado en educación pública en el territorio nacional.
“Tal situación es una causa fundamental para que las personas no estén preparadas para vender su hora de trabajo a un precio elevado; por mucha inversión extranjera directa que se realice las empresas deben emplear lo que hay en un país, y los salarios nunca van a ser muy altos porque el poder de negociación no es competitivo”, sostuvo.
Así pues, es imposible que se tenga un valor agregado para la economía nacional, cuando Colombia tiene un gran porcentaje de fuerza laboral empleada en funciones de baja calificación.
De otro lado, 97.5 por ciento de la población colombiana gana menos de 2 mil dólares y el otro 3 por ciento gana más de esta cifra o más de cuatro salarios mínimos.
Preparación
Estas personas cuentan con altos grados universitarios, hablan inglés, y se ubican en sectores claves en donde están llegando los sectores de Inversión extranjera directa, petróleo, gas, manufactura, financiero y de servicios.
En medio de este panorama, las personas que llegan a cargos de 17 millones de pesos son de los pocos privilegiados que son graduados de las universidades más reconocidas y tienen dominio de una segunda lengua.
Si el sistema educativo no produce la suficiente cantidad de personas para cubrir esta demanda, la brecha y la desigualdad salarial seguirán aumentando.
Ante tal realidad, Ramos hace un llamado para que el gobierno impulse programas de posgrado en áreas donde se prevé mayor inversión extranjera directa e incentivos fiscales para que las empresas capaciten a su fuerza laboral, lo cual redundará en beneficios para la empresa y para el país.
Por otra parte, los datos más recientes de pobreza publicados por el DANE el pasado 18 de abril, muestran que los últimos dos años fueron de suma importancia para el país en términos de movilidad social.
La tasa de pobreza monetaria, entendida como el porcentaje de la población con ingresos inferiores a la línea de pobreza, se ubicó en 32,7% en 2012, mientras que tres años antes superaba el 40%.
Condiciones sociales
Indica Fedesarrollo en estudio sobre las condiciones sociales del país, que “este resultado hace posible pensar que Colombia puede cumplir con la meta de pobreza de 28,5% para 2015 establecida en los objetivos de desarrollo del Milenio (odM), y de 8,8% en pobreza extrema (frente a 10,4% en 2012)”.
Señala el informe de la entidad de investigación que “la reducción de la pobreza monetaria ha ido de la mano de la reducción de la pobreza multidimensional. Esta es una medida de la pobreza que tiene en cuenta las privaciones que caracterizan a los hogares pobres en 15 variables agrupadas en cinco dimensiones diferentes que se sintetizan en el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM).
De acuerdo al IPM, el 27% de la población colombiana se ubicaba en situación de pobreza multidimensional en 2012, frente a 30,4% en 2010. El coeficiente Gini de la distribución del ingreso alcanzó en 2012 el nivel más bajo de los últimos diez años, en particular por la reducción de la desigualdad en las trece áreas metropolitanas.
Ingresos
Este resultado se ve corroborado por el crecimiento de los ingresos per cápita, el cual fue mayor en los quintiles de ingreso más bajos. Sin embargo, el buen dato en la evolución de la pobreza total esconde preocupaciones y retos mayores desde el punto de vista social, al menos en cuatro frentes: una situación que pese al avance reciente sigue comparándose desfavorablemente con otros países de América Latina, tanto en términos de pobreza como de equidad; un virtual estancamiento durante el último año en términos de los avances para la reducción de la pobreza extrema; un retroceso en el sector rural y grandes disparidades en el comportamiento regional que no están generando la convergencia que sería deseable entre los ingresos per cápita de los diferentes departamentos.
Explican los investigadores que los logros de Colombia en reducción de la pobreza son similares a los obtenidos por otros países de la región, aunque aún se comparan desfavorablemente con países de mayor ingreso per cápita como Chile y Brasil.
Reducciones en regiones
De esta manera, las reducciones más importantes en la tasa de pobreza se observaron en aquellas urbes con las menores tasas, mientras que las ciudades con mayor pobreza presentaron los menores avances o, en algunos casos, incluso, retrocesos.
“Esto resulta preocupante, ya que aumenta la brecha existente entre las diferentes ciudades, en lugar de reducirla”, sostienen los analistas.
Durante los últimos dos años Colombia ha logrado grandes avances en sus objetivos de reducir la pobreza y la desigualdad. Lo anterior como resultado del buen desempeño económico que ha tenido el país, el cual creció en promedio 5,3% por año, del carácter “pro-pobre” de dicho crecimiento, y de diversas políticas sociales implementadas por el Gobierno, en particular del mayor acceso a servicios de cuidado de la primera infancia, al aseguramiento en salud, y al mayor logro educativo.
A pesar de estos avances, todavía hay mucho camino por recorrer, en especial cuando se observa la persistencia de la pobreza extrema y las grandes asimetrías regionales y urbano-rurales que se presentan en el país.
Sostiene Fedesarrollo que “para mantener la tendencia decreciente de la pobreza es necesario focalizar políticas sociales en lo rural, donde existen grandes desafíos de vinculación de los pequeños productores agrícolas al desarrollo”.
Indica que el gran reto en la lucha contra la pobreza y con miras a la consolidación de una clase media pujante y dinámica, es el acceso de la población pobre a los mercados laborales formales. El 93% de los hogares pobres rurales y el 76% de los hogares pobres urbanos no tienen acceso al mercado laboral formal. La agenda por la formalización es, por lo tanto, una agenda contra la pobreza.
Disparidades
A pesar de que las trece principales áreas metropolitanas tienen la menor tasa de pobreza, las disparidades al interior de ellas son enormes. Es así como mientras Bogotá, Manizales y Medellín tienen tasas de pobreza inferior al 20% (11.6, 17.6 y 17.7% respectivamente), Armenia, Riohacha y Quibdó se ubican en el otro extremo con tasas de 39.1, 45.5, 51.2% respectivamente.
Por otra parte al mirar la evolución reciente se observa que en Bogotá y en Barranquilla la pobreza monetaria se redujo durante el periodo 2010-2012 en
3.9 y 9.1 puntos respectivamente, mientras que en Armenia se evidenció un significativo aumento de 4.5 puntos durante este mismo periodo.
La línea de pobreza
De acuerdo con el último reporte del DANE y de Planeación Nacional, la línea de pobreza nacional para el año 2012 fue de $202.083. El departamento con la mayor línea de pobreza es Atlántico ($220.510), con una línea que está $18.427 por encima del valor nacional; mientras el departamento con la menor línea de pobreza es Cauca ($168.312), la cual está $33.771 pesos por debajo del valor nacional.
El departamento que presentó mayor aumento en la línea de pobreza en el año 2012 fue Santander que creció 4,9% con respecto al 2011, mientras que Bogotá D.C. presentó la menor tasa de crecimiento (3,0%).
La línea de pobreza extrema nacional para el año 2012 fue de $91.207. Atlántico fue el departamento con la mayor línea de pobreza extrema ($96.967), la cual está $5.760 por encima del valor nacional mientras el departamento de Cauca presentó la menor línea de pobreza extrema ($84.292), la cual está $6.915 pesos por debajo del valor nacional.
Según el DANE, el ingreso per cápita de la unidad de gasto a nivel nacional para el año 2012 fue de $500.531. Bogotá D.C. presentó el mayor ingreso per cápita ($857.103), el cual es cerca de 1,7 veces del ingreso nacional. El departamento con el menor ingreso per cápita fue Chocó ($227.493), cuyo ingreso es el 45.5% del ingreso per cápita nacional.
El departamento que presentó mayor aumento en la línea de pobreza extrema en el año 2012, fue Santander que creció 4,9% con respecto al 2011. El departamento del Valle del Cauca fue el que presentó menor crecimiento con respecto al 2011 (3,5%).
La incidencia de la pobreza es el porcentaje de personas que son clasificadas como pobres, por tanto es un indicador que permite observar la probabilidad no condicionada de que un individuo en un departamento sea pobre. Al observar los resultados para 2012 se tiene que a nivel nacional la incidencia de la pobreza fue de 32,7%.
El departamento que presentó mayor crecimiento en el ingreso per cápita de la unidad de gasto en el año 2012 fue Valle del Cauca que tuvo una variación de 14,5% con respecto al 2011. Bogotá D.C., fue el único departamento que presentó una disminución (-1,2%) con respecto al 2011.
Los cinco departamentos más vulnerables a la pobreza son en su orden Chocó (68,0%), Cauca (62,1%), Córdoba (60,2%), La Guajira (58,4%) y Magdalena (52,3%). Por otra parte, los cinco departamentos menos vulnerables en la incidencia de la pobreza son en su orden Bogotá D.C. (11,59%), Santander (20,8%), Cundinamarca (23,3%), Antioquia (26,8%) y Valle del Cauca (26,9%), este grupo de departamentos presentó incidencias de la pobreza por debajo de la tasa de pobreza nacional.