Líbano expresó el martes su descontento por el atraso de Francia en el suministro de armas que necesita urgentemente para combatir contra los yihadistas en el este y defenderse en el bastión islamista del norte.
Francia replicó poco después que está lista para "responder rápidamente a las necesidades de Líbano".
Paralelamente, el exprimer ministro libanés Saad Hariri anunció a los periodistas en Yeda que el rey Abdalá le informó de que Arabia Saudí donó al Ejército libanés, que combate contra los yihadistas en la frontera con Siria, mil millones de dólares para preservar la seguridad de Líbano.
Arabia Saudita se había comprometido en diciembre a entregar 3.000 millones de dólares al ejército libanés para que comprara armas a Francia, brindándole así "la ayuda más importante en la historia de Líbano y del ejército libanés", según el presidente libanés Michel Sleiman.
Sobre el terreno, el Ejército reanudó sus bombardeos de las colinas vecinas de Aarsal, ciudad sunita del noreste de Líbano, en la frontera con Siria, en manos de insurgentes sirios desde el sábado.
"En la batalla actual, necesitamos equipos, material y tecnología", declaró a la AFP el jefe del ejército libanés, general Jean Kahwahji.
"Es necesario acelerar la entrega de ayuda militar completando las listas de armas pedidas a Francia en el marco del acuerdo de financiamiento saudí y de la conferencia de Roma", insistió.
A mediados de junio, durante una conferencia en Roma, "la comunidad internacional aseguró a las fuerzas armadas libanesas (que podían contar con) su apoyo" y les prometió una formación "para luchar mejor contra el terrorismo y las consecuencias de la crisis en Siria".
"Estamos en contacto estrecho con nuestros socios para responder rápidamente a las necesidades de Líbano", declaró a su vez en París el portavoz adjunto del Ministerio francés de Relaciones Exteriores, Vincent Floréani. "Francia está plenamente comprometida con el apoyo al ejército libanés, pilar de la estabilidad y unidad de Líbano", afirmó.
Según le general Kahwahji, "la batalla que está dando el ejército entre las colinas de Aarsal no es más que un episodio en una serie de enfrentamientos con el terrorismo".
Desde el sábado, 16 soldados libaneses, entre ellos dos oficiales, y decenas de yihadistas sunitas murieron en los combates de Aarsal. Por otra parte, 22 soldados y 20 policías desaparecieron y están probablemente en manos de los atacantes, y 86 militares resultaron heridos, según el Ejército y una fuente de la seguridad.
Estos combates representan el incidente más grave en territorio libanés desde el inicio de la guerra en Siria en 2011.
Según las Fuerzas de Seguridad Interior (FSI, policía), tres de sus miembros -un sunita, un druso y un cristiano- fueron liberados al término de unas negociaciones realizadas por dos jeques salafistas.
El ejército libanés prometió el sábado actuar de manera "resuelta y firme" para impedir que el conflicto en la vecina Siria se traslade a Líbano.
Esta explosión de violencia reaviva las tensiones en la ciudad libanesa de Trípoli (norte), donde se enfrentan regularmente activistas sunitas, que apoyan a la rebelión siria, contra las fuerzas de seguridad libanesas y los habitantes alauitas, que apoyan al presidente sirio, Bashar al Asad.
En Siria, el gobierno expresó su apoyo al ejército libanés en los combates contra los grupos "extremistas y terroristas" en la región.
"Siria afirma su apoyo y su solidaridad con el ejército libanés para enfrentarse a los grupos terroristas y destruirlos", indicó un responsable del ministerio sirio de Relaciones Exteriores.