La Policía Nacional, a través de la Dirección de Investigación Criminal e INTERPOL, desmanteló una organización criminal transnacional dedicada al tráfico de migrantes, la cual delinquía en las ciudades de Cali, Bogotá y Medellín. Se trata de siete personas que serán presentadas ante las autoridades por los delitos de tráfico de migrantes, concierto para delinquir y falsedad en documento privado.
En coordinación con la agencia estadounidense ICE, la DIJÍN estableció cómo la red a través de cuatro modalidades delictivas facilitaba a diversos grupos de personas la salida irregular del país hacia destinos como Estados Unidos, Canadá y México.
Una forma de tráfico era la de camuflar en un equipo de porristas, particulares que se hacían pasar como integrantes de la parte administrativa y hasta del mismo equipo. Trascendió que el objetivo consistía en realizar el fraude ante la Embajada Americana en Bogotá y posteriormente viajar a los Estados Unidos. Estas personas, una vez llegaran a los Estados Unidos, buscarían quedarse allí de manera irregular.
La segunda forma consistía en tramitar cartas de recomendación y de invitación de empresas falsas para que a través de un funcionario de la Cámara Colombo-mexicana que facilitaba el plagio, empresarios mexicanos extendieran invitaciones para salir en supuestos viajes de negocios. Una vez en el país azteca se quedaban de forma ilegal. Dichos trámites eran realizados a cambio de sumas de dinero que oscilaban entre los 5 y 6 millones de pesos.
Al verificar la información suministrada por las personas al momento de obtener la visa, en la que se indicaba que hacían parte de empresas y multinacionales en Colombia y buscaban hacer intercambios con empresas afines mexicanas, se estableció que las cartas laborales eran falsas, las firmas que allí aparecían no obedecían a la realidad y en la mayoría de los casos las direcciones no correspondían con la ubicación de las empresas.
En tercera instancia se encontró que tramitaban viajes a Panamá. A ese país llegaban con documentos originales pero salían hacia Canadá con pasaporte falso.
La última forma de tráfico de migrantes consistía organizar viajes de turismo con grupos que salían de Colombia hacia las Bahamas. Una vez allí eran recogidos en yates que los llevaban hasta Estados Unidos. En caso de toparse con guardacostas estadounidenses fungían como desprevenidos viajeros.
En esta modalidad se evidenció que cobraban sumas que variaban entre los 25 y 32 millones de pesos. Para dicha actividad adquirían tiquetes aéreos, entregaban divisas (dólares) a las víctimas y realizaban su traslado hasta las Bahamas por vía aérea, aerolínea comercial. Una vez las víctimas llegaban a la isla eran transportadas por integrantes de la organización criminal transnacional hasta Miami vía marítima, empleando yates y simulando tener la calidad de turistas.
Durante la investigación se logró determinar que la organización criminal investigada traficó aproximadamente a 90 personas, de las cuales fue posible identificar a 25 de ellas. De igual manera de acuerdo con las actividades de indagación desplegadas, varias de las víctimas fueron sorprendidas en los países de tránsito, teniendo algunas de ellas que cumplir sentencias condenatorias por falsedad en documento.
Para el día 30 de septiembre de 2011 en coordinación con la Agencia HSI/ICE de los Estados Unidos fueron capturados otros siete ciudadanos colombianos en el Aeropuerto Internacional de Miami por el delito de fraude de visa. Estas personas pretendían ingresar a territorio estadounidense bajo la calidad de porristas sin que tuvieran dicha calidad