Desaparición de 57 estudiantes: investigan policías mexicanos | El Nuevo Siglo
Lunes, 29 de Septiembre de 2014

La fiscalía del estado mexicano de Guerrero investiga a policías por la desaparición forzada de 57 estudiantes el fin de semana pasado en Iguala de la Independencia, una localidad de 140.000 habitantes.

"Hay elementos para fijar responsabilidad por el delito de desaparición forzada (en) contra de los elementos de la policía municipal", dijo en conferencia de prensa Iñaky Blanco, procurador general de Guerrero.

El funcionario señaló que se han aplicado todos los protocolos a la búsqueda, por tierra y aire, de los 57 estudiantes desaparecidos desde el viernes en la noche cuando policías municipales los persiguieron y les dispararon con armas de fuego.

Además de los 57 desaparecidos, los episodios ocurridos entre la noche del viernes y la madrugada del sábado, dejaron hasta ahora un saldo de seis muertos y 25 heridos.

Cuatro personas murieron por disparos de hombres no identificados contra automóviles y un autobús en el que iba un equipo de fútbol de tercera división. Dos de sus jugadores murieron como consecuencia de los disparos.

Las autoridades sostuvieron que otras dos personas murieron después de que la Policía municipal de Iguala disparara contra autobuses tomados por los estudiantes en el marco de sus protestas por supuesta discriminación de las autoridades.

El viernes, los alumnos de la universidad rural para maestros normalistas de Ayotzinaga protestaban contra la discriminación que aseguran padecer por parte del gobierno de Guerrero a la hora de distribuir plazas en favor de escuelas urbanas.

De acuerdo con declaraciones de los testigos, en las agresiones que se registraron esa noche en varios puntos de Iguala también participaron hombres armados vestidos de negro y encapuchados que viajaban en camionetas oscuras, al parecer miembros del crimen organizado.

"Existió un uso excesivo de la fuerza", dijo Blanco, quien consideró que "no hay justificación alguna para que (los policías) hayan hecho uso de armas de fuego".

- El alcalde estaba en una fiesta -

Blanco señaló que 22 policías se encuentran detenidos y que el jefe de Policía de Iguala, así como 162 uniformados se presentaron a declarar. Entre ellos 16 uniformados dieron positivo en las pruebas de radizonato, que confirman o descartan que una persona disparó un arma de fuego.

El procurador indicó que en base a declaraciones de testigos e imágenes de video de las rutas, se pudo determinar que al menos una patrulla llevaba en la parte posterior personas vestidas de civil y mencionó que también cuenta con testimonios que señalan que la noche del viernes al sábado hubo estudiantes de magisterio en celdas de la Policía municipal.

El funcionario señaló que se han realizado revisiones en las instalaciones militares y de la Policía municipal de la zona, en búsqueda de los desaparecidos y que investigan en tres sitios más de Iguala, ubicada a 178 km de la capital mexicana, y que no quiso revelar.

Iguala amaneció el lunes en aparente calma, con tiendas y escuelas abiertas y funcionado con normalidad, mientras vehículos militares patrullaban la ciudad. Militares y soldados colocaron puntos de revisión en la tres carreteras que conducen a Iguala.

"Supimos de las balaceras el sábado pero la gente está tranquila y sin temor", comentó Rufina Méndez, dueña de un puesto de periódicos.

Sin embargo, en Chilpancingo, capital estatal, estudiantes irrumpieron en el Congreso local y rompieron vidrios para exigir la ubicación de sus compañeros desaparecidos.

José Luis Abarca, alcalde de Iguala, dijo a una radio local que el viernes en la noche no se percató de los incidentes violentos porque estaba en un baile con su esposa.

El fiscal Iñaky Blanco no descartó que el alcalde y el jefe de la policía tengan responsabilidad en los hechos violentos.

Iguala es una ciudad del noreste de Guerrero, uno de los estados más pobres de México, que está entre las cinco regiones con el mayor índice de homicidios y secuestros de las 32 que hay en el país.

Este estado sirve de entrada a la llamada subregión de Tierra Caliente, donde los cárteles esconden laboratorios de drogas sintéticas y cultivos de marihuana.