Con la jornada menos dura de las tres con que contará en la zona, pasando Peyresourde y Hourquette d'Ancizan, los dos puertos de la duodécima etapa, de 209,5 kilómetros, entre Toulouse y Bagnères-de-Bigorre, el Tour de Francia aborda la primera etapa en los Pirineos.
En esta fracción pirenaica, se atravesará primero, en el km 138, el Peyresourde (13,2 km a 7 %), uno de los grandes “clásicos”.
Después llegará otro puerto también de primera categoría, Hourquette d'Ancizan, un descubrimiento reciente del Tour (en 2011) en una carretera ondulada a través del bosque.
En la cumbre, situada a 30,5 kilómetros de la llegada, solo restará descender hacia Bagnères-de-Bigorre, ciudad etapa del Tour por duodécima vez.
En 2013, el irlandés Dan Martin se impuso allí en un esprint con su compañero de escapada, el danés Jakob Fuglsang.
La salida de la duodécima etapa se dará delante del Stadium de Toulouse, cerca del barrio obrero de Bagatelle, donde tiene su sede una asociación que envía al Tour a niños, que quieren ser futuros periodistas, desde hace diez años.
“Queríamos salir desde Bagatelle, pero no hemos podido hacerlo por cuestiones técnicas y logísticas”, precisó el director adjunto del Tour, Pierre-Yves Thouault, respecto a este inicio de etapa inédito en la “Ciudad Rosa”.
La salida se dará en Toulouse y la llegada será en Bagnères-de-Bigorre, con una media calculada a 39 km/h.
Reposo de los velocistas
Ayer se disputó la última fracción para los velocistas y el australiano Caleb Ewan (Lotto) ganó tras un recorrido de 167 kilómetros entre Albi y Toulouse, mientras que el francés Julian Alaphilippe (Deceuninck) mantuvo el maillot amarillo de líder de la general en la víspera de la llegada a los Pirineos.
“Sé lo que me espera. He ido a reconocer la etapa y no será fácil”, admitió Alaphilippe, consciente de que tendrá que estar muy atento para mantener el liderato con la llegada de la alta montaña, donde los grandes favoritos deben empezar a tomar posiciones.
Alaphilippe mantiene en la general una ventaja de un minuto y doce segundos sobre el segundo, el galés Geraint Thomas, vigente campeón del Tour. Tercero en esa clasificación es el otro jefe de filas del Ineos, el joven colombiano Egan Bernal, que está únicamente a cuatro segundos de Thomas y a un minuto y dieciséis segundos del amarillo.
A la espera de que los Pirineos empiecen a brindar las primeras grandes batallas de esta edición, los corredores tuvieron ayer una etapa de transición, con una larga escapada y final al esprint.
Caleb Ewan, que participa por primera vez en el Tour, remontó 'in extremis' al holandés Dylan Groenewegen (Jumbo), ganador el viernes en la séptima etapa. La ‘foto finish’ decidió el vencedor del día, tras un pulso final muy igualado.
El australiano de 25 años, uno de los corredores de menor estatura (1,65 metros) del pelotón, había vencido ya en etapas en el Giro de Italia y la Vuelta a España. Ganando esta etapa en el Tour completa un pleno de triunfos en las tres grandes rondas.
“Es un sueño para mí desde que era niño”, afirmó Ewan al término del tramo, refiriéndose a lo que supone para él ganar una etapa en el Tour.
“Estuve muy cerca de ganar en varias etapas. Mi equipo nunca perdió la esperanza. Hoy mostré que puedo ser el más rápido”, celebró.
En esta etapa, disputada en un día soleado, la escapada lanzada desde la salida de Albi reunió cuatro corredores, el belga Aimé De Gendt y tres franceses, Lilian Calmejane, Anthony Perez, Stéphane Rossetto.
El cuarteto llegó a tener un margen de tres minutos y medio, pero el pelotón, liderado a menudo por los compañeros de equipo de Groenewegen y por los de Ewan, les mantuvo a control a distancia y redujo el margen a un minuto a 30 kilómetros para el final.
Susto para Quintana
En ese punto se dio una caída de varios corredores, que provocó el abandono del veterano holandés Niki Terpstra, dañado en el hombro derecho.
El colombiano Nairo Quintana y el australiano Richie Porte se vieron frenados y retrasados por esa caída, pero luego pudieron reenganchar con el pelotón.
“Veníamos con un poco de tensión, en una zona de cambios de dirección y carreteras estrechas. Ha ocurrido lo normal, la tensión de un momento así, que hay caídas. Siempre decimos que hay que tratar de librar estos días. He podido frenar un poco cuando he visto la caída, pero ha sido inevitable, señaló Quintana.
El colombiano explicó que se puso “un poco de hielo” en el codo, que fue la única zona donde sufrió una rozadura en la caída.
“Estoy bien y eso es lo importante: que las fuerzas están bien. Rápidamente el equipo se juntó y fuimos tirando poco a poco junto al equipo de Richie Porte, también involucrado en la caída”, agregó el boyacense, que alcanzó a conectar con el lote de favoritos donde se encontraba el actual campeón de la competencia, Geraint Thomas, y los colombianos Egan Bernal y Rigoberto Urán.
Finalmente, Nairo Quintana habló sobre lo que será la alta montaña, etapas definitorias para el título de la ‘Grand Boucle’. “Mañana empiezan los exámenes más fuertes para nosotros, donde queremos estar siempre delante y empezar a recuperar el tiempo perdido”, afirmó.
“Tenemos a Mikel (Landa) en buena posición para jugar estratégicamente y tanto él como Alejandro (Valverde) y el resto del equipo estamos bien”, analizó.
En la parte de delante se fue alcanzando a los escapados en la recta final de la etapa. Aimé De Gendt resistió hasta 4,5 kilómetros de la meta. En la llegada al esprint, Caleb Ewan pudo ser el más rápido.
La jerarquía actual en el esprint no está muy clara y la prueba de ello es que las diez primeras etapas en líneas del Tour han sido ganadas por diez corredores diferentes.
Se espera que hoy Quintana y Egan Bernal muestren cómo se encuentran de cara a las siguientes etapas de alta montaña y que Rigoberto Urán esté en el lote de punta./