El expedalista boyacense recordó sus gestas en el las grandes carreras al lado del fusagasugueño
Uno de los equipos más recordados del ciclismo colombiano es el integrado por Luis Herrera, ‘Lucho’ y Fabio Enrique Parra, quienes hicieron historia en la Vuelta a España y el Tour de Francia por allá en los años 80 y 90.
Juego al fusagasueño estuvo el boyacense en la ronda ibérica que ganó en 1987 y unos meses lo acompañó en la ronda gala, en la que ocuparon el cuarto y quinto puesto, respectivamente.
Su retiro del ciclismo fue una decisión compartida con Lucho, el hombre que lo deslumbró por su capacidad en la montaña “mientras nosotros íbamos en bicicleta, ‘Lucho’ iba en moto, era único, muy sobrado”, asegura.
Entre las páginas memorables que escribieron en las carreteras del Viejo Continente se recuerda, también el 1-2 en la etapa 12 del Tour de 1985, donde fueron capaces de doblegar al ‘Bretón’ Bernard Hinault, pentacampeón de la ‘Grand Bouclé’.
“Recuerdo ese día: fue una etapa de 280 kilómetros, muy larga. Se empezó suave, fueron casi ocho horas. Cuando finalizamos la etapa la idea era llegar y darle para ganar. En ese momento, en mi caso, no había como esa expresión de júbilo, era una sensación de cansancio, uno lo veía normal, lo asumí muy tranquilo. En realidad, en casi todos los triunfos era muy parco, no expresaba alegría”, dijo Parra, que así como nunca expresó sentimientos febriles, tampoco sufrió la nostalgia de finalizar el ciclismo.
“Lo asumí tranquilo, hablamos con ‘Lucho’ y dijimos: ¡retirémonos! Como dicen por ahí, una retirada a tiempo también es una victoria. Las condiciones ya no eran iguales, el terreno de ascenso era difícil, los ciclistas jóvenes empezaban duro, ya se acababa la chispa para entrenar de la misma forma, el riesgo lo asumíamos de otra manera. Ya no éramos tan loquitos, nos cuidábamos más. Los hijos iban creciendo. Fue una cosa que hablamos con él y lo hicimos en conjunto, nos retiramos jóvenes y con la idea de descansar”, recordó quien hoy, en calidad de dirigente emplea su figura para servir y demostrar que se puede ser exitoso en ambos rubros.
“Uno cuando está en la bicicleta tiene un compromiso muy grande y siente el mismo estrés y la misma tensión que siendo dirigente. Cuando estás en competencia y eres líder, tienes la responsabilidad de ganar, el estrés es impresionante. Cuando estás en el sector público o privado hay compromisos enormes. Uno es estrés físico porque debes prepararte todo el año, y en la administración es un cansancio mental, eso afecta, y esta cuarentena es algo delicado”, cuenta Fabio desde su residencia en Tunja, donde cumple con el confinamiento y desarrolla labores diarias a través de teleconferencias con entrenadores, monitores y coordinadores de los distintos programas que tiene a su cargo.
La alianza con la tecnología que no hubo en las épocas de brilló ciclístico, las asume con naturalidad en el nuevo milenio, sin complicaciones ni complejos, del mismo modo que irrumpió con su físico privilegiado en Europa. “La tecnología es la evolución, y como en todo, hay que aprovecharlo. Se han facilitado las cosas, se han avanzado los procesos del trabajo en el instituto. Hay que estar en sintonía y acorde a la necesidad. Es un proceso difícil el tema de la pandemia, una cosa que en el mes de febrero no pensábamos que íbamos a llegar a este punto, pero uno tiene que acomodarse a las situaciones y a las directrices de las gobernaciones y el estado”, relató y recordando aquellas épocas en las que no había ninguna plataforma tecnológica.
“Era difícil, no tenía uno acceso a la tecnología, no había celular y la comunicación inmediata. Recuerdo que terminaba la etapa, llegábamos a la recepción y había que hacer turno para llamadas, y había colas porque en un hotel había varios equipos. En mi caso, con mi esposa y padres, era constante la comunicación pero era difícil, nada como ahora, la evolución ha sido terrible. Nosotros no tuvimos esa posibilidad, pero eso es positivo y eso ayuda al avance de todo el mundo”, señaló.
Explicó quien fuera corredor de La Gran Vía, Kelme y Café de Colombia, entre otros, que “en esa época no era tan notorio, era más importante sacar la victoria del equipo. Café de Colombia era un proyecto nuevo, uno pensaba en esa parte. Hoy es un poco diferente, en el caso de Nairo se vio terrible, había tres líderes y los intereses de cada líder entorpecían el triunfo para el equipo. Es difícil. Creo que hoy depende más de las decisiones del técnico. Por ejemplo, el año pasado se vio con Egan y Thomas, donde realmente se dijo que iban con Egan y ganó él. Su condición física era mejor que la de otros. Dependen mucho (los corredores) de las personas que lideren los equipos, y creo que sí hubo momentos difíciles para Nairo, donde se sintió solo”, aseguró el escalador boyacense.
Remató diciendo en el Instagram de la Federación Colombiana de ciclismo que, “nuestro país es de euforias, vive el resultado del deporte, y prueba de ello es que muchas personas dicen que el deporte es un paliativo. El equipo de fútbol gana y todos entran en una euforia total. Antes no había redes sociales y la gente igual vibraba. Cuando nos fue bien en el Tour, el ciclismo era el único deporte que daba resultados. Cuando en el 90 entran las grandes estrellas de fútbol, ya se empieza a ver una competencia, pero esa época era grande para la gente, las transmisiones eran muy emocionantes, todo eso ayudaba a la situación tan difícil del país”.