La Lazio fue sancionada con una multa de 20.000 euros por los gritos racistas de algunos ultras a Mario Balotelli, en el partido que el equipo de la capital jugó el domingo en Brescia.
En la primera parte, el árbitro interrumpió el juego después de que Balotelli, una de las figuras del Brescia, recibiera insultos racistas por parte de aficionados del equipo romano.
Esos insultos fueron silenciados por el público local con cánticos en favor de Balotelli, que respondió con aplausos a sus seguidores.
El jugador se había dirigido al árbitro para señalarle los gritos de mono y los insultos, interrumpiéndose el partido brevemente para que el 'speaker' leyera un mensaje en el que avisó de que el duelo se anularía si los incidentes continuaban.
Posteriormente, el delantero internacional publicó un mensaje en sus redes sociales: "Una derrota que hace daño, pero volveremos más fuertes, estamos en el buen camino. Hinchas de la Lazio que estuvisteis presentes en el estadio, ¡VERGÜENZA!".
La Lazio emitió luego un comunicado en el que condenó el comportamiento de una "ínfima minoría" de sus hinchas.
En su decisión de este miércoles, el órgano disciplinario de la Federación Italiana de Fútbol evoca cánticos "de discriminación racial" en los minutos 21 y 29, así como "cánticos insultantes" en tres ocasiones, todas contra Balotelli.
El fenómeno de los gritos de mono es habitual en los estadios italianos y, desde el inicio de la temporada, el belga del Inter de Milán Romelu Lukaku, el marfileño del AC Milan Franck Kessié, el brasileño de la Fiorentina Dalbert o el inglés de la Sampdoria Ronaldo Vieira ya han sido víctimas.
Las sanciones contra estos gritos racistas son habitualmente inexistentes o pequeñas pero las instancias del fútbol italiano y varios clubes se comprometieron recientemente a la "tolerancia cero" en este tema.