Alejandro Munévar

Colaborador EL NUEVO SIGLO

Tokio. Japón se ha caracterizado desde siempre por tener uno de los sistemas de transporte más seguros y puntuales del mundo. No obstante, desgraciadamente los periodistas no hemos podido disfrutar del tren bala o del metro, debido a la cuarentena obligatoria que debemos cumplir para poder estar dentro de la burbuja de los Olímpicos.

A decir verdad, tenía una gran ilusión de poder viajar en el tren bala desde Tokio hasta Yokohama o a Sapporo para poder ir a más de 300 kilómetros por hora, acortando los tiempos de viaje, pero sobre todo para disfrutar de lo cumplido y serio del servicio. Al entrar en la burbuja se acabó la ilusión y me resigné a los buses de la organización que normalmente llegan tarde.

Pero la sorpresa ha sido mayúscula. Contra todo pronóstico, e igual que todo en estos juegos, están haciendo algo fuera de lo normal, atípico: todos los buses llegan a tiempo, salen a la hora que indican. Cumplen con los horarios; ni un minuto más, ni uno menos.

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Curiosamente ayer me tocó un bus para mí solo. Sí como leen, un bus que normalmente está dispuesto para 100 o 150 personas fue solo para mí y no es que tenga un tratamiento especial o sea una celebridad, simplemente ellos en su búsqueda constante de la perfección esperan brindar un servicio óptimo, indistintamente si es una o 200 personas.

Ahora, también es cierto que la cultura japonesa se caracteriza por su extremo orden, por lo que hacer las cosas de un momento a otro, como estamos acostumbrados en América Latina, no es posible.

Lo cierto es que preguntando entre los compañeros, todos están sorprendidos por la puntualidad de los transportes. Los suecos lo han calificado como el mejor transporte del mundo y los rusos hablan de su puntualidad.

Sí, puede ser un poco complicado en términos de la cantidad de vueltas que hay que dar para llegar a un sitio, pero averiguando un poco más, la organización ha trazado las rutas olímpicas por calles especiales para no alterar el ya complicado tráfico de la capital japonesa.

Mejor dicho, si hay unos juegos organizados a detalle en la historia de los Olímpicos, son estos. Claro, no dejamos de sufrir con la burocracia del país pero al final pareciera que también es parte de la cultura.