“Horrorizado” se declaró el gobierno de Estados Unidos ante las últimas informaciones sobre una nueva masacre atribuida a las fuerzas del régimen de Bashar al Asad cerca de Damasco, afirmó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en su rueda de prensa diaria.

Según Carney, Washington está "horrorizado ante las terribles informaciones" sobre la muerte de unas 100 personas en Jdeidet al Fadl, al sudoeste de la capital, tras una operación de las tropas leales al presidente sirio para retomar el control de la ciudad.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Osdh), la matanza fue perpetrada durante la conquista de la localidad rebelde cercana a Damasco, que llevó cinco días de combates. Entre las víctimas habría 10 mujeres y tres niños, según la Osdh, que además proporcionó imágenes de la tragedia.

La organización utiliza una extensa red de militantes, así como fuentes médicas, para denunciar los crímenes cometidos durante el conflicto.

Entre tanto, la  Unión Europea (UE) anunció el levantamiento parcial de su embargo de petróleo a Siria para ayudar a la oposición al régimen de Al Asad, que controla una parte de los yacimientos de crudo.

Reunidos en Luxemburgo, los ministros europeos de Relaciones Exteriores decidieron autorizar, bajo ciertas condiciones, la importación de petróleo únicamente desde los yacimientos sirios controlados por los rebeldes.

También autorizaron las exportaciones de equipamiento y las inversiones en el sector de los hidrocarburos, a condición de que la medida no beneficie al régimen.

Finalmente se conoció que el dirigente George Sabra fue designado presidente interino del Consejo Nacional de la Oposición Siria (CNS), luego de la renuncia efectiva de Ahmed Moaz Al Jatib.

Tras su designación, Sabra afirmó en Estambul que la participación del movimiento islamista libanés Hezbolá en los combates en la provincia central siria de Homs es "una declaración de guerra contra el pueblo sirio".

"El presidente y el gobierno libanés deberían tomar conciencia del peligro que esto representa para la vida de los sirios y las relaciones futuras entre los dos pueblos y los dos países", añadió.

La entidad opositora Osdh aseguró que combatientes de élite del Hezbolá participan en combates contra rebeldes sirios en la zona de Quseir, en la frontera con el Líbano.

"No son necesariamente combatientes venidos desde Líbano. Se trata de combatientes de Hezbolá venidos de las ciudades chiitas del lado sirio habitadas por libaneses", precisó./AFP